lunes, 15 de diciembre de 2008

un sábado por la tarde

"No se me ocurrió pensar que estaba repitiendo un recorrido que me había conducido a mi presente estado de abatimiento. Sólo cuando me abrí paso por el inmenso portal del Salón de Baile Itchigumi en la planta baja de un edificio de aspecto demencial, a este lado del Café Mozambique, me di cuenta de que con un estado de ánimo semejante a aquel del que ahora era presa había subido tambaleándome las escaleras empinadas y destartaladas, de otro baile de Broadway y había encontrado a la amada.

Desde entonces no había vuelto a pensar en aquellos antros, donde según vas bailando vas pagando, ni en los ángeles misericordiosos que despluman a sus clientes, hambrientos de sexo. En lo único en lo que pensaba ahora era en escapar por unas horas al aburrimiento, en olvidar por unas horas… y conseguirlo lo más barato posible. No temía enamorarme de nuevo ni echar un palo siquiera, aunque me moría de ganas. Lo único que ansiaba era en convertirme en un común mortal, en un calzonazos, si queréis, que se deja llevar por la corriente. Lo único que pedía era poder sumergirme y chapotear en un estanque de carne arremolinada y fragante bajo un arco iris subacuático de luces mortecinas y embriagadoras.

Al entrar en el local, me sentía como un campesino que acaba de llegar a la ciudad. Al instante me sentí deslumbrado por el mar de caras, por el calor fétido que exhalaban centenares de cuerpos sobreexcitados, por el estruendo de la orquesta, por el remolino caleidoscópico de luces. Todo el mundo parecía a tono con el diapasión febril. Todos tenían expresión intensamente atenta y alerta. El aire crepitaba con aquel deseo eléctrico, aquella concentración extenuante. Mil perfumes diferentes se mezclaban y chocaban entre sí y con el calor de la sala, con el sudor y la traspiración, la fiebre, la lascivia de los internos, pues no me cabía la menor dudad de que eran internos de un tipo o de otro. Internos tal vez el vestíbulo vaginal del amor. Internos pegajosos que avanzaban unos en dirección de los otros con labios entornados, con labios secos, cálidos, labios hambrientos, labios que temblaban, que suplicaban, que gemían, que imploraban, que mordían y maceraban otros labios. Serios, además, todos. Serios como piedras. Demasiado serios, la verdad. Serios como delincuentes a punto de dar un golpe. Todos convergiendo unos sobre los otros en un gran remolino, con las luces de colores jugando sobre sus rostros, sus bustos, sus caderas, cortándolos en jirones en los que se enredaban y enmarañaban, si bien siempre se liberaban con habilidad, al tiempo que giraban por la sala, cuerpo contra cuerpo, mejilla contra mejilla, labio contra labio.

Había olvidado lo que era aquella manía del baile. Había estado demasiado solo, demasiado atento a la pena, demasiado destrozado por el pensamiento. Allí se daba el abandono con un rostro anónimo y sus sueños mutilados. Era la tierra de los pies centelleante, de las nalgas satinadas, de suéltese la melena, señorita Victoria-Nyanza, pues Egipto ya no existe, ni Babilonia, ni Gehenna. Allí los babuinos en pleno celo se delizan por el vientre del Nilo en busca del fin de todas las cosas; allí estaban las antiguas ménades, renacidas con los gemidos del saxo y el trombón; allí las momias de los rascacielos sacan a ventilar sus ovarios inflamados, mientras la incesante música envenena los poros, anestesia la inteligencia, abre las compuertas. Con el sudor y la transpiración, con el nauseabundo y penetrante tufo de perfumes y desodorantes discretamente absorbidos, todos ellos, por los ventiladores, el olor eléctrico a lascivia flotaba como una aureola suspendida en el espacio.

Pasando una y mil veces junto a las tabletas de chocolate con almendras, apiladas unas sobre otras como lingotes preciosos, me rozo con el rebaño. Llueven mil sonrisas de todas las direcciones; alzo la cara como para atrapar las relucientes gotas de rocío diseminadas por una brisa suave. Sonrisas, sonrisas. Como si no fuera la vida y la muerte, una carrera hasta el útero y vuelta otra vez. Palpitación y frufrú, alcanfor y croquetas de pescado, aceite Omega… alas desplegadas y con plumas arregladas, miembros desnudos al tacto, palmas húmedas, frentes relucientes, labios resecos, lenguas colgando, dientes brillantes como los anuncios, ojos despiertos, que se pasean por los cuerpos y los desnudan…ojos penetrantes, unos en busca de oro, otros de un polvo, otros para matar, pero todos brillantes, inocentes y desvergonzados, como las rojas fauces del león, y fingiendo, sí, fingiendo, que es un sábado por la tarde, una pista de baile como cualquier otra, un coño es un coño, sin el boleto no hay nada que rascar, cómprame, tómame, apriétame, todo va bien en Itchigumi, no me pises, hace calor, ¿verdad?, sí, me encanta, de verdad que me encanta, muérdeme otra vez, más fuerte, más fuerte… "

Henry Miller
Nexus

sábado, 13 de diciembre de 2008

Hasta el fondo

Tal vez sea algo muy obvio para algunas personas, pero empiezo a darme cuenta que llego a un momento en la vida (sí es que a esto se le puede llamar así) en que las  personas que conozco andan acompañadas, todo el mundo esta con alguien, el asiento ocupado, el teléfono ocupado, la agenda ocupada, la cama ocupada, todo el mundo dedicado a algo, todos menos nosotros, los que nos entregamos al fondo de la botella.

martes, 21 de octubre de 2008

back on track

Por ahora intento controlarme, a no caer tan rápido en los gritos, aunque la verdad no necesito una enorme sacudida para que eso suceda, únicamente hay que ponerme un dedo encima, rozarme siquiera para que todo lo que he guardado durante estas dos semanas salga como del volcán, erupcione y destruya todos los alrededores, o bien, utilice el sarcasmo como mi mejor aliado, intente reírme un poco de las situaciones, pero porque no queda de otra, no porque sean graciosas, sino a veces es la última defensa antes de caer en la completa locura.Aunque al ver la pasividad general eso hace dudar de las perspectivas, por eso es bueno hablar con alguien más de todo esto, no se necesitan ejercitos, con tener una complicidad ayuda a volver al camino.

Like a popcorns

Uno pensaría que se puede acostumbrar a esto, pero no es así, primero viene la sensación de que algo no anda bien, la cabeza que no miente, la nausea interna, lo inevitable se acerca sin mucho pesimismo, se acepta como tributo, como pago a la faena realizada, simplemente será una ocasión más en la larga lista que alguna vez me importo en contar el número de episodios, ahora la memoria ya no alcanza.

A pesar de ser algo conocido, lo de menos es el momento de hincarse, eso ya es muy normal, hasta casi automático, el cuerpo de inmediato le avisa a los demás sentidos que es momento de evacuar, lo primero sale sin problema aparente, hasta parece fácil… hasta que llegan los siguientes episodios, cuando el estómago intenta evacuar y no existe el entendimiento adecuado, pareciera que algo en la garganta esta por explotar, falta poco para decir que se trata de una convulsión, la cerveza, la poca comida sale disparada hacia la taza, hacia la pared, mi camisa, mi cara se encuentra invadida por todo esto; el tope, el nivel máximo a esto llega entre episodio y episodio, es cuando se denota toda la energía invertida, mal gastada, esa idea de morir pasa por mi mente, como es obvio nunca he transitado por ahí, pero imagino que puede ser algo como esto, deseo desfallecer, que termine rápido.

Cada vez que me siento como esta noche pienso que definitivamente no será la última vez que sucede, sí acaso descansare un poco, pero la misma fuerza diaria me empujara a esto nuevamente, aunque no sé si decir “nuevamente” o “acostumbradamente” a vomitar y vomitar como tantas ocasiones, desearía hacer algo para poder seguir bebiendo, para no caer tan rápido; aquí es donde pienso en buscar el día de mañana a Oyuki, tenemos que ir a comprar mas hierba, esa puede ser una idea “naturista”, ja ja, puedo reírme un poco de eso mientras la cabeza esta por explotar, mientras pienso que debería de quedarme a dormir en el excusado, a final de cuentas es mi departamento, nadie puede reclamar como la ocasión en que dormí en el baño del porteño, esa vez si hubo toquidos en la puerta, me sacaron arrastrando de los pies, aquí no habría nada de eso, salvo algo de frío por el piso, estoy algo débil para pensar en ir a buscar algo, pero ¿qué? Una toalla, una jerga, ¿en qué me duermo?

En fin, pienso que de verdad debo buscar a Oyuki, esto esta muy mal, debe de mejorar, hay quienes se preguntan porque no ha crecido más mi barriga después de tanta tomadera, pues imagino que se deberá a esto, lo poco que como sale disparado horas después; con la hierba en cambio, la cosa es al revés, hay que comer porque el hambre es invasiva, atroz, no se puede pensar en otra cosa mientras tengas hambre, y la verdad es que se come muy bien, se disfruta lo que sea después de un buen churro, como la vez en que no teníamos dinero, Gastón entro a la tienda para distraer al empleado, mientras Oyuki y yo metíamos a puños comida para perro del costal que tenía sobre la calle, Gastón hacía como que buscaba una dirección, se hacía el loco, no entendía lo que decía para darnos mas tiempo, para llenar la bolsa y comer aquello como si se tratara de una suculenta comida, o ya de menos como una bolsa de palomitas del cinema. Ahora cuando lo platicamos, nos da un poco de asco recordarlo, imaginar que le entramos a croquetas para perro, habrá que reírse un poco de ello… pero el caso es que tengo que volver a comer antes de que pase algo, sigo teniendo un trauma en mi cabeza con lo relacionado a ir a un hospital de nueva cuenta, cada vez que estoy en esto lo vuelvo a pensar, creo en ir a ver al doctor una vez que mejore, pero que le diré cuando me pregunte:
-“¿Cuál es su problema?”
- “Que ya no puedo beber como antes, no aguanto igual”

No sé si va a reírse o a mentarme la madre, es mejor no moverle por ahí

martes, 7 de octubre de 2008

supongamos, pues

Hay momentos donde se cree en que hay algo de destino en todo esto, bien puede ser que uno sea escéptico al respecto, hasta que empiezan a aparecer las coincidencias.

Después de que el año pasado se planeara tanto ese viaje a Lisboa, ese plan que a oídos de los demás parecería una volada, uno de tantos planes que hacen las personas para jamás cumplir, y no porque se mientan, sino porque se vive en un mundo de mucho movimiento donde cuesta trabajo mirar hacia atrás y saldar lo prometido, donde la corriente jala muy fuerte, lo notemos o no somos arrastrados, entonces cuando no tienes un objetivo, un punto de inicio a la vista, ¿para donde ir?, ¿hacia donde nadar?

Nos sentamos juntos, o hablamos durante horas por teléfono, para contarnos lo que alguna vez encontramos en revistas, en programas de televisión acerca de los lugares turísticos a visitar, nombres como el “Barrio Alto”, que antes ni significaban más de lo que dicen, ahora la idea estaba en pasar por ahí para beber unas cervezas, investigar cómo es el clima por allá, cuando se levantan y abren las ventanas por la mañana, ¿cómo es?, la gente siempre recomienda no dejar de visitar las catedrales, en este caso la Santa Maria Maior es la más antigua de Lisboa, eso también podría ser un dato como el de las enciclopedias, pero ahora no, es un punto, letras, nombres que tendrán una parada registrada en nuestra memoria, imágenes más que palabras, recuerdos, experiencias que sean más que esto, más que el diario, más que el común.

Y vaya que no era empresa fácil, no era únicamente decirte que nos fuéramos, que la plata era lo único que necesitábamos, además de un diccionario portugues-español, hasta ese momento supe de tu fobia por volar, no me hubiera preocupado sí tan solo fueran unas cuantas horas ahí arriba enlatados, hubiera pensado en algo como doparte, ja ja, para que al despegar, tu también en simultaneo comenzaras a desplegar tus alas en otra dimensión, en otro paralelo; sin embargo 12 horas son muchas para un viaje dopante, o al menos de la manera legal, por lo que todo ello representaba un reto a resolver ya que el viajar por barco es algo completamente impensable, después de todo reíamos por ello, bromear y analizar cosas que no tenían la menor relación era también la orden del día, pensar en todas esas historias que pasan en las películas o en las revistillas baratas, donde una pareja entra al baño del avión a tener sexo, y yo le platicaba que esos cuartuchos son de lo mas incómodos, todo encerrado, apretado, hasta cuesta trabajo respirar (puede que sea un poco claustrofóbico) en todo ello tan limitado, cómo hacer ese maniobrar y que al mismo tiempo fuera placentero ¿¿¿¿¿cómo?????, puede ser que sea un hombre de poca imaginación, puede ser…

En fin, los días pasaban, observaba el calendario y todo parecía tener un significado de para qué levantarse el día siguiente, cada día había algo nuevo en mente, nos acercaba más a la fecha tentativa para partir, pensaba en los posibles trámites, en los tickets, en ir a la boletería, pensar en la estancia y más detalles por el estilo, todo ello hasta el momento en que partiste.

No puedo decir que me quede con los pases de abordar en la mano, de eso puedo sentirme afortunado, todo exploto, todo se sumió en el sopor característico antes de ultimar los detalles finales, entonces ahora ya no había que esperar otra cosa en el calendario, con el pasar de los días, nada excepto esperar a que bailen los ratones, a que la gorda cante, a tener mas botellas vacías… para después volverlas a llenar, claro esta.

Cuando todo eso pasaba, cuando había momentos donde pensaba en ese plan, en ese viaje que parecía tan real, que hasta miedo daba de ver que nada fue real, de pensar que se podría tratar de una mente esquizofrénica planeando cada detalle, apareces cantando algo de Madredeus…

Oxala, me passe a dor de cabeca, oxalaOxala, o passo nao me esmoreca;Oxala, o Carnaval aconteca, oxala

Tarareando, cantando, silbando sin conocer lo que acabo de escribirte, todo ello una coincidencia, ahora me platicas la idea de viajar, de ir Portugal, hasta parece que alguien me esta jugando una broma, que alguien te ha contado lo de meses atrás, pero no hay manera de que sea así, es como retomar mucho de lo antes planeado, sacar del cesto de basura el calendario, las ideas, a hacer cuentas de nuevo, sumar, multiplicar, pensar en euros, de vuelta a acá, imaginar días distintos, cómo los de Calamaro pueden ser, o cómo los nuestros, todo regresa pero esta vez con un poco más de reserva, de saber que no es completamente seguro nada de lo mencionado, falta casi un mes y para entonces todo puede ser diferente, para lo bueno, para lo malo, esta vez hasta que vayamos juntos a comprar los tickets pensare que se pisan terrenos más firmes, por ahora todo es un anhelo, un bonito supongamos.

“Supongamos que tu y yo nos vamos de viaje…”

jueves, 25 de septiembre de 2008

like a fucking heroes

Se escuchaba música desde la banqueta de la calle, no se puede decir que fuera a todo volumen, simplemente lo ligeramente evidente para darse cuenta que había alguien en casa de La rana, después de todo, siempre hay alguien aquí.
Toqué la puerta varias veces hasta que se escucho el ruido de que estaban por abrir, para mi sorpresa fue Oyuki quien se presto a la tarea, me saludo discretamente, en verdad no la entiendo mucho, suele bromear con aquello de que todas las personas somos bipolares, y eso es algo de lo que yo no me siento ajeno, mi pregunta entonces va encaminada a saber sí yo también me comporto de esa manera, ¿así me miran los demás cuando ando de bipolar?... dentro de mi lógica cabe la idea razonable de saber que Oyuki no gritará a los cuatro vientos, o en este caso debo de decir a las cuatro paredes, que nosotros dos nos acostamos meses atrás, pero en lo privado, en lo apartado me puede saludar como a un perfecto extraño, como sí se tratara la primera vez que nos vemos, no lo entiendo.

Una vez dentro de la casa me encontré a mas personas, eran cerca de ocho, al único que reconocía de veces anteriores era al Rasta, los demás me eran nuevos, salude a todos, me agrado que se sintiera buena vibra, me pasaron la caguama para que le diera un trago.

-Ya somos bastantes, entonces ya vamos a armar algo en serio ¿no?- se escucho
-Pues ya estuvo, saquen el toque, andan muy tímidos, ja ja ja

Todos hicimos gestos y señales de que nadie llevaba consigo nada para armar, se propuso la idea de ir a comprar en ese momento, y es curioso, pero hasta ese momento no me había preocupado en absoluto por esa parte del proceso, siempre me acostumbre a que alguien de toda la bola trajera el toque encima, ya fuera en un concierto, afuera de una exposición o aquí, siempre era algo tan normal, que de su bolsillo, de la mochila o del mismísimo tenis surgiera el cigarro, pues bien, el momento inicial esta por llegar.

La Rana menciono que ella sabía de un lugar no muy lejos de ahí, además de que todos le cayéramos con la lana, necesitaba un auto para que fuera más rápido el asunto, las miradas recayeron automáticamente en Oyuki, ya que es la única persona de la casa que tiene lo requerido, eso ya estaba saldado.
Mientras se juntaba el dinero la Rana soltó:
-No se pasen de cabrones, espero que no estén pensando en dejar ir a dos mujeres solas a comprar esa madre, a ver, ¿quién más se apunta?
El Rasta se apunto de inmediato, volteo a verme y con los ojos me sugirió que yo también lo hiciera, así que fue uno de esos momentos nada gallardos donde no se piensa mucho, donde la razón principal estaba en acompañar a Oyuki, no tanto por lo del Rasta o por el “no pasarme de cabrón”.
De cualquier manera ya en el auto las dos mujeres pasaron a los asientos delanteros, en la contraparte el Rasta comenzó a platicar de música, me pregunto acerca de Rage against the machine, que sí me gustaba, que cual era mi canción favorita, y así, platicando mientras en mi mente únicamente le escuchaba la mitad de lo que me decía, estaba muy nervioso, nunca había hecho algo así, quería preguntarle a la Rana cómo sería eso, al mismo tiempo yo mismo me recriminaba el hecho de estar ahí, pude haberme quedado en la casa esperando, pues a final de cuentas bien puedo ser muy cabrón ¿no?, después de todo fui por Oyuki, por alguien que me hace caso cuando quiere, en fin, me sentía muy estúpido por todo ello, hasta ahora estaba lo que mi memoria recuerda de películas e idioteces por el estilo de cómo van a comprar el asunto, pero aquí no es así, eso es lo más seguro, ya no escuchaba nada, trataba de respirar hondo, eso ayudaría, seguir con la conversación para que no se me notara el nervio, eso podía ser la mejor solución.
Llegamos a un punto donde la Rana daba instrucciones a la conductora:
-Da vuelta aquí, después a la izquierda y ahora estacionate en esa esquina
-Muy bien, tu espéranos al volante, no cierres con seguro las demás puertas, ahora venimos y luego luego te arrancas

Comenzamos a bajar del auto cuando Oyuki menciono:
-Me estoy cagando de nervios, espero que no me gane el pánico y me largue de aquí antes de que regresen
-No mamés, no nos harías eso ¿verdad?- le recalco el Rasta
-Entonces que alguien se quede conmigo, dijo Oyuki mirándome

Sin esperar a ver que decían los demás me metí al auto, cerraba la puerta cuando nos hicieron señales con la mano de que tuviéramos calma, se dieron la vuelta en la esquina donde nos estacionamos, no sabíamos cuanto tiempo tardarían en volver, los nervios apretaban cada vez más, en ese momento lo mejor era haber lanzado un discurso tranquilizador a quien estaba acompañando, en lugar de ello le dije lo que tal vez no era nada obvio, que yo también estaba muriéndome de nervios, cerca de la guantera había un paquete de cigarros, lo deseaba con todas mis ganas, le pregunte sí ella quería uno y acepto con la cabeza, encendí el de ella, luego el mío, los nervios no daban tregua, se hacía una eternidad desde que dieron vuelta en la esquina, ni siquiera se veía como para ver si ya estaban por volver, ella pensó en encender el auto, en esperarlos con el motor encendido, pensé en bajarme para asomarme, pero en ese momento aparecieron un poco deprisa y al mismo tiempo tratando de ser discretos, es un poco complicado describirlo, sin embargo su andar fue así, subieron al auto y arrancamos.

-¿Todo salio bien?- pregunté
- A huevo, mira, ahora sí tenemos para un buen rato- La Rana me enseñaba el paquete enrollado semejando a un gran churro en papel periodico.
-Claro, Oyuki por poco me deja, apenas tenía media nalga en el asiento, todavía no terminaba de aterrizar, de cerrar la puerta y arrancamos en chinga, pero por lo demás, todo bien- comento el Rasta
Esto último hizo que se rompiera finalmente la tensión que aún existía, soltamos estruendosas carcajadas, riéndonos del asunto, dando gracias de que no hubiera ningún poste o semáforo en esa esquina, de otra manera nos hubiéramos quedado sin una puerta o el Rasta sin una pierna, reímos tanto que las lágrimas ya corrían por mi rostro, en ocasiones puedo reír con una enorme facilidad, y esta era una de esas, así que ahora me hacían un poco la burla, de que no llorará, que todo había salido bien, y más carcajadas acerca de mi rostro pálido cuando me quede con Oyuki haciendo guardia, más risas, y lo mejor es que nadie se sentía ofendido, todos éramos parte del mismo chiste.
Volvimos a donde todo esto inicio, a la puerta donde ahora no había que tocar porque entramos con la que trae las llaves, al entrar a la habitación los demás nos recibieron con aplausos, cómo si fuéramos héroes, me reí por dentro, ¡¡¡¡cómo malditos héroes!!, ahora únicamente nos hacía falta un desfile y que el alcalde nos entregara la llave de la ciudad, aunque para ser sinceros, preferiría el porro de la ciudad, el de su propia cosecha, el de edición especial, eso sería más provechoso.

martes, 23 de septiembre de 2008

panic

Después de lo ocurrido en semanas atrás, no hay mucho entusiasmo, preocupación por la hora en que duermo o despierto, pienso en sí estaré realmente con los ojos abiertos, no lo sé, no hay a quién preguntar.
He estado visitando la casa de La rana, pero allá no hablo nada acerca de Ella, no deseo que las situaciones se mezclen, los matices pueden ser que cambien.
Por ahora no paso mucho tiempo en el departamento, hay una rata aquí dentro, soy lo bastante miedoso como para buscarla, me aterra la idea, tampoco estoy 100% seguro de ello, a veces pienso que solo son ruidos, en otras me parece ver que pasa corriendo, de nuevo el pánico, he puesto algunas trampas y nada, de verdad espero estar imaginando, sí es así pues que termine pronto, quiero imaginar otras situaciones mas provechosas, todo esto me hace pensar en que puedo estar caminando como equilibrista, en la cuerda floja de la cordura.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

calling in the morning

Después de varios días sin que recibiera respuesta de Ella hacía la carta que le escribí, me llamó de mañana, aún estaba dormido en el momento que sonó el teléfono, lo cogí y de inmediato preste atención a la voz que decía – He pasado muy mala noche, no soporto más esto, son chingaderas, por favor vamos a vernos, ¿en cuánto tiempo llegas a la estación del metro?- contesté que en 20 minutos, para ella era demasiado tiempo, pensaba en posponer nuestro encuentro, le dije que sí de algo servía, lo acortaba a 15 minutos, me apuraría lo más posible, ella acepto.
Cuando llegué a la estación la observe sin una expresión definida, la salude, nos dimos un abrazo, le pregunte acerca de cómo estaba, no hubo respuesta, nos subimos en el siguiente tren, arriba seguía sin hablar mucho, mirando hacía la calle, veíamos pasar los autos, los demás pasajeros sumergidos en lo suyo, tímidamente le coloqué mi mano en su hombro, ese pequeño detalle hizo que se arrojara a mis brazos, volví a preguntarle por lo que había pasado, y nada, silencio, únicamente deseaba que la abrazara.

La llamada de teléfono había sido a las 7:30 de la mañana, hacía mucho que no me levantaba a esa hora, en ese momento no tenía menor idea acerca de que lugar era bueno para ir a desayunar, ya no insistiría en que habláramos en un lugar así, lo mejor es con el estómago lleno, así que llegamos al centro, algo me hizo detenerme ahí, a esa hora y en Domingo el lugar no lucía lo demencial de siempre, además se sentía algo de frío, lo suficiente para darme cuenta que apenas y se había vestido, debió de ser una pelea de la nada, todo apresurado para que simplemente se sobrepusiera esa blusa blanca con el suéter negro, existía en todo el ambiente un sentimiento extraño, no encontré la manera de definirlo, una especie de duelo, de tristeza en el aire que me era imposible emocionarme, calentarme con esos pezones tan a la vista, mi enfoque estaba en seguir pensando lo que había pasado para que me llamará así, después de tanto silencio.

Caminamos dando de vueltas, sin ir a ningún lugar aparente, entonces comenzó a hablar, para ese momento ya suponía que estaba saliendo con alguien, lo que ahí me confesó fue el hecho de estar viviendo con esa persona, no expuso cuales eran las ideas que la habían llevado a su casa, pero en ese momento ella no sabía sí regresaría, estaba cansada de compartir el techo con alguien que fuera tan frío, a veces uno supone que las cosas con el tiempo cambiarán para mejor, que uno tiene ese poder, sin embargo tropezamos con un enorme muro cuando vemos que mientras más pasa el tiempo, las personas son más como ellas mismas.

“Aún estaba dormida cuando de pronto entro el perro a nuestra recámara, qué manera de despertar es esa, que ese animal se te eché encima; antes de dormir, cuando todavía era de noche, empecé a besarlo, y lo sentía muy apagado, comencé a quitarme la ropa para encenderlo, de esa manera no habría falló, pensé, pero de verdad pensé mal, porque casi me avienta para atrás, me dijo que otro día mejor, que ya sé que hoy tiene que levantarse temprano, que tengo que comprender esas cosas… me sentí humillada ante eso, ¿qué no soy lo suficientemente bonita para hacerlo olvidar que se tiene que levantar temprano, no estoy buena cómo para que me desee así como así?.. Todavía trate de ponerme en su lugar, que tuvo un día complicado, que lo mejor sería al despertar del día de hoy, así que una vez que noté que estaba dormido, me desnude por completo, y así me dormí, cuando abriera los ojos hoy por la mañana y me sintiera así, me encontrará así, todo sería mejor que anoche, pero no.
Abrió la puerta de la recámara, el perro entro juguetón como siempre, de antemano reconozco que el animal no tiene la culpa, pero se sube a la cama, me espanta y hace que me levante de un brinco, a él solo le da risa, juguetea mas con el perro, le da de besos en su hocico, este lo lengüetea en la cara también, más risas, y de pronto voltea a verme a mí para decirme – no te quedes ahí parada, tápate con algo, te va a dar un aire o algo- imagino que dirás que estoy loca, que ya estoy muy grave, pero sentí muchos celos de su perro, pareciera que lo quiere más a el que a mí. Tomé mi ropa, me la lleve al baño y cuando estaba empezando a vestirme te llamé, ¿cómo ves?”

Ahora era mi turno, antes de decir algo más me apresure a decirle que no estaba loca, imagino que muchos podríamos sentirnos de una manera similar, tome unos segundos más para preguntarle la razón de porque vive con el, su respuesta fue muy concreta: porque lo quiere.

“Lo quiero mucho, pero también estoy muy sentida, han sido ya demasiadas cosas, el único problema es que siento algo de miedo, pienso que sí salgo de ahí nadie más va querer estar conmigo, debo de reconocer que no soy muy bonita, por ello es que no se emociona por verme desnuda, tal vez soy un espanto para él, quisiera preguntarle que es lo que le gusta de mí, pero que no me responda lo mismo de siempre, que le gustan mis ojos o mis labios, quiero saber que le atrae de mi cuerpo, pero no se lo preguntaré, yo ya sé la respuesta, estoy confundida, no sé que vaya a suceder, debo de hacerme a la idea que esa es la suerte con la que me toco vivir”

Respondí que no debe de cerrarse las puertas ella misma, cómo puede estar segura que nadie más va a querer estar con ella, que… -entonces me interrumpió para repetir algo parecido a lo anterior, se empezó a enfrascar con lo mismo y sin que lo tuviera pensado me avente de nuevo-

Momento, sabes que yo te quiero mucho, habrás leído la carta que te escribí, puedes imaginar que desearía de verdad estar contigo, lo que siento no es algo pasajero, es real y es muy fuerte, me ha sido algo complicado escuchar esos detalles acerca de desnudarte ante el, de dormir y despertarte con alguien que no te quiere. –Entonces me quede callado, pensé en que cometí un error al decir a rajatabla que su amor no era correspondido, yo no soy nadie para echarlo así como así a la cara-

“Mira entremos aquí de una vez a desayunar” –esa fue su siguiente respuesta, preferí quedarme callado, sí aún tenía la intención de que compartiéramos la mesa y los alimentos era porque después de todo no había cruzado completamente la línea-

“Si estamos todavía sentados como la gente normal, revisando el menú para ver lo que vamos a pedir, es porque yo también siento algo por ti, no lo puedo negar, la pregunta que te hago es ¿qué vamos a hacer con esto?”

No necesite mucho para pensar en lo que deseaba hacer, pero sabía que al decir esas palabras todo podría sonar como una locura, ahora era yo el que temía de lo que fuera a pensar, no era para nada algo a la ligera aunque pensará decirlo tan concreto, la idea estaba en mi mente, mi estómago comenzaba a sentirse raro de los nervios, la sensación de que faltaba aire en el lugar estaba apareciendo, no quería sufrir un ataque de pánico sí lo seguía barajando en mi mente, así que lo solté:
- Ven conmigo, a mi departamento, vivamos juntos-

“Así que vas muy en serio, entonces sabes que no es nada fácil lo que me pides”
- Porqué debería de ser complicado vivir con alguien, sobre todo sí los dos nos queremos, te sonará muy trillado, pero las palabras no alcanzan para describir todo lo que siento por ti, cuanto deseo estar contigo, ¿quieres saber que me encanta de ti?, tus caderas, tus piernas, no imaginas lo que haría con ellas, conmigo el problema sería el contrario al de ahora, creo que llegaremos al punto en donde me digas que me dé una ducha con agua fría, quisiera pasar todo el tiempo contigo, encerrarnos en el departamento y todo el día hacer el amor, llenar el refrigerador de helado, algo nada complicado de comer, nada para perder el tiempo cocinando, pero lo suficientemente bueno para recargarnos de energía y poder seguir en nuestro acto entre las sábanas, ahí nada más importaría, el circo y los problemas de siempre serían cosas pequeñas, cree en mí, vamos a vivir juntos, es lo que te pido de nuevo-


“Vamos a comer”

Se cambio el tema mientras comíamos, al final se hizo un silencio y me hacía pensar en un millón de cosas, hasta que por fin dijo que tenía que poner las cosas en calma, pensar mucho, en unas cuantas horas todo se movía a una velocidad increíble, todo podía ser distinto, eso le emocionaba, pero también le daba miedo.
Salimos del restaurante y antes de que le preguntara lo que deseaba hacer, me dijo que lo mejor era que nos despidiéramos, se sentía complacida por ver que yo deseaba vivir con ella, también sonrojada por las otras ideas que había dicho, pero que ella quería mucho con quien estaba, que iba a seguir luchando en esa relación porque de eso se trata, no rendirse a la primera, a la segunda, a la tercera, al la que fuera, y cuando intentaba arremeter me puso la mano en la boca para silenciarme, para decirme que yo no lo entendería, que sí todo lo que yo dije era real acerca de la intensidad de mis sentimientos, entonces era un error haberme buscado para hablar de todo ello, ahora lo mejor que podíamos hacer era separarnos y dejar de vernos durante un tiempo.

Me sentí como un gran imbécil, un imbécil desarmado, porque ya no pude articular palabra después, me quede ahí parado en la calle sin saber que pensar, es verdad, todo paso a una velocidad increíble, hacía unos días que pensaba en lo que pasaría con lo que escribí, hace horas que me llamó, hace minutos que hablábamos allá dentro y nada lucía muy grave, y ahora todo se esfumaba. Desconozco el tiempo que pase ahí de pie, estaba en shock, cuando volví un poco en mí, los deseos de romper a llorar como niño eran demasiado fuertes, era momento de largarme de ahí, de volver al departamento.

En el camino seguí maldiciéndome de la manera usual, criticándome la ingenuidad con la que actué, me desvié para casa de Lavezzi, una vez ahí le dije que me acompañara a hacer una apuesta, no tenía planeado contarle nada de lo ocurrido, pero el ir a jugar unos dólares es algo que siempre me ayuda a borrar cosas de mi cabeza, pero no quería ir yo solo, hablamos de cosas cotidianas, o sea de nada, pero en estos momentos la nada es muy preciada, la nada es buena, llegamos al lugar y había fila para hacer las movidas, aún debatía un poco acerca de a quien apostarle, sí Potros u Osos, era un hecho que los primeros ganarían, ¿pero superarían la línea de puntos? Al fondo había televisores con carreras de caballos, los gritos eran bastante audibles en todo el lugar, en ese momento mi móvil timbró de nuevo y era Ella, contesté el mismo y me dijo:

“No quise ser muy dura contigo con eso de que sí de verdad sientes lo que dices, te creo y por ello es que quiero que entiendas del porque de mi decisión, ahora te conozco muy bien, así que te pido que no te lo tomes todo a la tragedia, no quiero imaginarte que en los siguientes días estarás todo el tiempo con la botella o metiéndote cosas, tienes que prometérmelo… y a todo esto, ¿dónde estas que se escuchan muchos gritos?”

-Vine a apostar, siento que hoy las cosas ya no pueden ir más mal, así que no puedo perder esta apuesta, Potros no perderá hoy –

“Ahhh vaya, ese era un vicio que no te conocía, entonces también te pediré que dejes de hacerlo”

-Lo siento, pero creer que mi suerte esta a un palmo de cambiar es lo que me mantiene en pie-

sábado, 6 de septiembre de 2008

Its done

En efecto, mis 5 minutos ya pasaron, aunque todavía no lo admitía es un hecho en el que ya se deben de tomar nuevas decisiones.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Ella´s letter

Creo en aquello de que todos tenemos nuestros cinco minutos de fama, puede ser que los míos en tu vida ya estén terminando, aquí aplica nuevamente lo de las revoluciones es un minuto, lo de la extinción a ritmo demencial, ilógico pensar que permanezcan las cosas congeladas para que todo siga igual, o para ver que decisiones se tomarán.Pienso en todos los meses en que coincidimos dentro de la misma función, en la misma carpa y no por ello conozco más acerca de ti, es más, me apena decirlo pero reconozco que hasta sé menos a cerca cómo estas.

Hay que empezar por lo más obvio, no somos las mismas personas que hace meses atrás, que el año pasado, en mi caso me agradaría escribirte sobre mis mejoras en cuestión de ánimo, pero ello sería una completa presunción, no dejaré que mi ego se apodere del contenido de estas líneas, es por ello que lo dejo más al criterio o a la observación de quienes me han conocido durante todo este tiempo. Puedes imaginar cuanto he deseado volver a coincidir contigo en cuanto tiempo, ideas y sentimientos, poder haber hecho una vía mas caminable, no tan sinuoso como lo mal logré, guardo en mí un gran amor hacía ti, y eso no era algo que estuviera planeado o encaminado a hacer, es un sentimiento que ha permanecido a pesar de querer hacer las cosas por mi cuenta.

Qué puedo decir ahora?, qué puedo desear?.... Deseo una transformación total, generar amor a través del amor, abrirme hacía ti sin más quejas, sin tantos malos humores, sin tantas depresiones, sin tanto de lo mío, desearía partir de aquí hasta donde sea que pueda llevar un sentimiento así de fuerte. Recapitulo lo mencionado en párrafos anteriores, no sé mucho de tí, si estas saliendo con alguien o sí simplemente estas bien contigo mismo, sé que para nada es fácil, para nada has estado sentada esperándome a que volviera a aparecer diciendo que te quiero, que te quiero con mucha claridad, que te quiero de una manera sana; imagino que todo es complicado porque ¿qué vida no lo es?, podría prometer tantas cosas, pero la fundamental es mi deseo para abrirme contigo, sin más miedos, sin más telarañas mentales, a conocerte cada día más, apoyarte, cuidar de ambos... en fin, podría decir cómo muchos que deseo comerme al mundo, no, mi caso es distinto, hay un placer más sublime que es dejarse devorar por la persona de quien esta uno enamorado, que sea por ti, mi querida Ella.

jueves, 4 de septiembre de 2008

in sale

A unas horas de que empiece el juego he apostado un poco de dinero, dentro del poco dinero que existía en mi cartera, espero que salgan bien las cosas, nada expectacular, nada extraordinario, únicamente que las estadísticas sigan su curso. De perder me temo que estos días no habrá mucho que beber, tampoco tengo tanta plata para sobrellevar todo, estoy algo tentado a hacer algo como lo de Calamaro, pondré mi corazón en venta, de cualquier manera no lo uso, espero que por ello no este devaluado, haré una muy buena rebaja para que se lo lleven de una vez, que me den algunos billetes, lo suficiente para no andar sin nada.

martes, 2 de septiembre de 2008

I wish #1

I wish drink my sorrow

lunes, 1 de septiembre de 2008

Out of town

Apenas unas horas atrás dejamos la botella en su lugar, aún me sentía un poco mareado cuando era el momento de levantarse, por mí hubiera dormido lo que fuera, sin embargo ya había hecho la promesa a Gastón de que lo acompañaría a un pueblo a las afueras de la ciudad para hacer fotografías, de paso yo haría lo mismo.

Imagine que nuestro andar daría inicio en la central de autobuses, más en cambio nos desviamos a otro lugar, me dijo conocer otra línea de transporte que nos lleva por menos precio, el sitio era una parada como cualquier otra, hasta parecía una tomada de pelo estar esperando un camión de color naranja, cuando en mi vida no he visto algo similar, vamos ni los camiones de basura son así, puede que así se vistan los del personal de limpieza, pero jamás he visto en esta capital algo así.

Continuaba deseando estar acostado, el sol que no hacía mucho estaba encima de nosotros ya comenzaba a molestar, comenzaba a desesperar cuando finalmente llegó el transporte, era la primera vez que veía una cosa tan destartalada y que pudiera moverse, ahora no imaginaba como se suponía que en un vejestorio de esa magnitud íbamos a llegar a un pueblo, como eso se iba a conducir por una carretera , Gastón podía leer mi mente por la cara que puse, me dijo que lo viera como una inversión, al decirme el precio que nos cobrarían y el ahorro que significaba, daba buena pinta para que ese dinero se invirtiera en cervezas una vez en nuestro destino.

El camión ya estaba lleno cuando finalmente lo abordamos, nos tocó ir de pie, junto con otras personas que llevaban bultos, costales y hasta animales, ahora sí conocía literalmente un “guajolotero”, en ese momento comenzó la marcha del autobús, mis dudas anteriores de cómo llegaríamos se disiparon cuando veía por la ventana la celeridad a la que viajábamos, todos iban más rápido que nosotros, esa era la razón por la cual no se desarmaría esta cosa en plena carretera, no existía el factor de la velocidad, por ello llegaremos intactos.
Sin saber cuántos minutos habían pasado, el calor comenzó a atacarme, deseaba sentarme en el piso, pero ello era imposible, no había lugar para hacerlo a menos que la gente empezara a descender, sin embargo ocurría lo contrario, apenas comenzaba agarrar velocidad el cacharro, cuando alguien le hacía la parada y todos ahí dentro nos amontonábamos más.

Definitivamente ese no era lugar para alguien que había bebido una cantidad considerable unas horas antes, temía que fuera a volver el estómago en cualquier momento, sí eso sucedía era probable que nos bajarán, así que no pretendía pasar por ello, intenté distraer a mi mente, jugar con aquello de que es sicológico lo de vomitar, trate de enfocarme en algo más, cuando de pronto entre todos los que íbamos ahí, resalto una pareja que se encontraba sentada a casi dos filas delante de nosotros, me impresiono ver la manera en que esa persona no dejaba ni respirar a la mujer con la que viajaba, podía decir que estaban comiendo pan enfrente de los pobres, debí de haberme volteado, pero en vez de eso se convirtió en un morbo, en un hipnotismo ver como la seguía besando, acariciando, imaginando como introducía hasta lo más profundo, como llevaba hasta el límite la extensión de su lengua, e igualmente ella correspondía, un poco reservada, un tanto discreta a comparación de él. Como siempre sucede, cuando ves mucho a una persona, de alguna manera sienten tu mirada, los hacen que volteen hacía ti, entonces él se dio cuenta que yo estaba siendo entretenido por esa función, a lo cual pareció que más allá de molestarse y encararme, le di más cuerda, se abalanzaba con mayor decisión, una y otra vez, además de girar su cabeza para cerciorase sí yo estaba tomando nota, hasta que llego el momento en que fue necesario mirar hacía otro lado, eso ya podía convertirse en algo enfermo de continuar así, además de que en cualquier momento su complacencia podría sustituirse por una molestia, a estas alturas no debería de retar al destino, después de todos estos años ya era para que un novio furioso y con mucha razón ya me hubiera partido la madre, de hecho me hace pensar en Bogdan, que temple de esa persona, durante mucho tiempo sabía lo que pasaba sin que yo llegará a sospechar eso, y mientras tanto mantuvo la compostura, esperando a que yo cometiera el desliz, el pecado, las veces que llegamos a encontrarnos en fiestas, la ocasión donde entré al baño completamente alcoholizado y Bogdan tan fresco como la mañana, bien hubiera podido atrancar la puerta, darme algún puñetazo que me desestabilizará, llevarme a uno de los inodoros y ahí darme contra la puerta, azotarla contra mí cabeza, mearme encima, en fin, pudo haber sido eso y más, pero nada, únicamente me hizo una comentario acerca de que ya no bebiera más si pensaba manejar, a lo cual respondí con un –no te preocupes, yo sigo al pie de la letra lo de sí toma no maneje, por ello nunca compraré un auto-.

Gastón me interrumpió de todos los pensamientos anteriores para decirme que ya nos bajáramos, imagine que ahí sería la Terminal, la base para todos los que íbamos ahí arriba, pero no, aún desconozco hasta donde llegará ese camión, simplemente nos bajamos ahí y todos a seguir con su respectivo camino, ellos con sus vidas apacibles, tranquilas, hasta cierto punto envidiables, nosotros dos en el mismo vacío continuo.

Lo primero fue ajustar la cámara, un día anterior, mientras caminábamos a la tienda para rellenar las cervezas, fue cuando mi amigo contó la idea del viaje, el me prestaría la cámara extra que posee, yo lo único que me restaba hacer era comprar unas pilas para la misma, creo que exageré un poco, en ese momento me pregunté lo que pasaría si en plena acción las pilas se acababan, así como el qué pasaría sí ya no podía conseguir más; así que por ello digo que me apresure a comprar dos paquetes, ya iba medio ebrio a la tienda y supongo que no pensé con la mejor de las claridades.

Ya instalados era demasiado obvio que en una de las varias tiendas de aquí hubiera podido comprarlas, pero en fin, nuestra primera parada estaba marcada en el mercado, apenas nos despertamos y nos salimos todavía con el sabor a cerveza en la boca, no había alimento alguno desde anoche, era el momento de recargarse. No paso nada extraordinario más que simplemente comimos, desde hace días continuó con esa desazón para comer, sigo con la inercia como ya lo he escrito en otras ocasiones, mi estómago se sentía algo raro, claramente era una reacción a todo lo ingerido anteriormente, esa costumbre de empezar con una bebida e ir cambiando hasta mezclar dos o tres más se va haciendo también muy usual. Al salir del mercado me regresa la sensación de que podría volver el desayuno, nuevamente trato de concentrarme en otra cosa, vuelvo a alistar la cámara, a observar el paisaje, las casas, las calles, la gente, a comenzar tímidamente a sacar fotos, hace calor, todo es muy árido, los dos comenzamos a sudar copiosamente, pienso que esto me ayudará a sacar todas las toxinas, todo el alcohol que continúa en mi interior, y así sin notarlo tanto, ya han pasado algunas horas, mis malestares matutinos empiezan a desaparecer.

Llegamos directamente a una tienda, pedimos dos cervezas y nos maravillamos de su precio, es cómo si estuvieran al 2x1, nos sentamos a las afueras, en la pequeña banqueta a seguir observando, a dar comentario acerca de lo obtenido hasta el momento, ha preguntarnos que hace toda esta gente que vive aquí, parecemos bastante ingenuos con todas esas ideas al aire, pedimos una segunda y tercera ronda de cervezas hasta que nos vamos poniendo en sintonía con lo que verdaderamente somos, nos ponemos en marcha una vez más, esta vez ya no me siento tan contemplativo, sigo tomando fotos al mismo tiempo que hablo con Gastón, le comienzo a contar que me siento algo nostálgico con la fecha de hoy cuando la comparo con el año pasado, de hecho para ser más precisos todo inicia desde el 31 de agosto del año anterior, así como nuestra borrachera de anoche, todo luce tan lejano a 365 días de distancia, eso me duele en el interior, me provoca que desee tirarme al suelo para hacerme bolita y no levantarme.

Tratándome de animar, mi amigo hace lo posible por volver a encontrar otra tienda, a recargarnos de más cervezas, mientras tanto se convierte en una pausa, no hablamos de nada hasta que le comento que hoy hace un año mi amigo Clay tiraba un juego sin hit ni carrera contra Baltimore, que ello también me deprime cuando veo que ese mismo jugador fue mandado a menores, todos lo imaginábamos teniendo un gran éxito este año, pero las cosas no han resultado exactamente como lo pronostican todos, así mismo me paso. Para cuando veía el juego en aquella ocasión todo había sucedido muy rápido, no supe como reaccionar, claramente veo que no me comporte a la altura, me siento menos que un hombre por la manera tan evasiva, tan extraña de proceder, por llenarme de dudas, de cuestionamientos, por creer que todo se resolvería solo, que sería como una planta que va creciendo sola, pero no fue así. Todavía esa noche busque a Ella y nos regresamos juntos, ya era muy noche para la hora en que termino su función en el circo, montamos un taxi y casi no hablamos, nos tomamos de la mano y cuadras después se acurruco en mi hombro, noté que había caído profundamente dormida, entonces mientras le daba indicaciones al chofer de que avenida tomar, donde dar vuelta y demás, pensaba que ahí estaba el surgimiento, el inicio de una relación, no era algo que necesariamente hubiera buscado, apenas unas horas antes de que me besará por primera vez, rayoneaba mi destartalado cuaderno de notas con la idea de que cerraría completamente mis compuertas, nadie más pasaría, en adelante a estar conmigo mismo, a seguir yo solo y mira nada más la contrariedad de que alguien me declarara que sentía amor por mí.
Doy otro enorme trago a la botella antes de continuar, hago la comparación de la ironía con la que ahora me veo, en este momento acepto estar en la mejor disposición para compartirlo todo, para ser transparente porque ello es lo que siento, sin embargo ahora no hay quién desee detenerse en mi puerta, eso mismo genera que todo sea mas asfixiante, que el aire se acabe no solamente en mi habitación por las noches, aquí mismo, en pleno descampado, en medio de la naturaleza siento que no hay aire para continuar, deseo no regresar a la ciudad, siento que allá esta el lugar que tantas veces me ha visto caer, que conoce todas mis derrotas, me hace pensar en unas líneas de James Joyce donde decía:


"Que enfermo, enfermo, enfermo estoy de Dublín, es la ciudad del fracaso, del rencor y de la infelicidad"


Cuanto puedo comprender esa idea, me siento completamente infeliz y miserable, saber que no pude mantener la cordura en el momento indicado, en momentos pareciera que soy el único culpable, por otro lado creo que es el mismo sistema de la vida cotidiana, ese apresuramiento donde hay una gran prisa porque todo suceda, donde las revoluciones tienen la vigencia de un día, donde grandes amores se proclaman por la mañana y al anochecer todo es odio, resentimiento y un no quiero volver a verte, se azotan puertas, se estrellan teléfonos, flores a la basura, peluches decapitados y cartas de amor siendo incendiadas, le confieso a Gastón que hay algo que no me he podido quitar de la cabeza, el verme que nada ha mejorado una año después hace que esas palabras continúen rondando en mí, y es el momento del gran fracaso, cuando después de reiteradas ocasiones donde Ella me pedía que la valorará más, que sus sentimientos hacía mí eran tan reales, cuando se cansó de recordarme que abandonara mis dudas, todo se concentro para decirme:
-Erich, veo que soy mucha vieja para ti-

Hubo mucho silencio, necesitábamos más dinero sí queríamos seguir bebiendo, intente venderle el paquete de pilas al de la tienda, que nos dijera cuanto nos daba por ellas y hacer trueque por más cervezas, pero no quiso, desconfío de nosotros pensando en que le queríamos aplicar una estafa, nos levantamos de ahí para buscar quien nos las comprará, regresar de inmediato, o es más, bien lo podíamos mandar al carajo por desconfiado y en el camino encontrar otro lugar abastecedor. No acostumbro contar las cervezas que me tomo, por ello es mejor pagarlas al instante, sin saber ese dato, íbamos por las calles tratando de vender el paquete al primero que se nos cruzaba, era más que evidente para todos que ambos destilábamos alcohol en nuestro interior, posiblemente ni siquiera teníamos una buena dicción de palabras, no podíamos mantener un paso firme, tambaleantes pretendíamos que nos tomarán en serio y ello fue algo que no ocurrió.

Totalmente cansados y muy sedientos decidimos irnos del lugar, acercarnos a la carretera para esperar el camión destartalado de regreso, ahí llegamos y en la parada había una fila de gente esperando, fuimos hasta el final, una vez ahí era momento de esperar, pero la sed era algo incombatible en ese momento, se decidió exprimir más el presupuesto que nos quedaba, ya que solo se contaba con el pasaje de vuelta y el del camión ya en la ciudad, decidimos comprar unas últimas cervezas en una tienda que estaba exactamente enfrente de la parada, aún así la garantía de llegar a la base del guajolotero estaba garantizada, de ahí tendríamos que caminar un gran tramo o pedir unas monedas a los transeúntes, le dimos marcha al asunto, debo de aceptar que ni siquiera las disfrutamos, las tomamos como agua y al menos así podríamos esperar lo que fuera; claro eso simplemente es una frase hecha, porque en realidad nos desesperamos a los cuantos minutos, me comenzó a dar sueño, como en todo ese rato nadie más llego a la fila para formarse después de nosotros, dejámos ahí nuestras mochilas, recargarnos en la casa que se encontraba atrás de nosotros, apoyamos la espalda en su barda y sin dar signos de resistencia, ambos nos quedamos profundamente dormidos.

Sin saber cuanto tiempo transcurrió, Gastón me despertó, -no mamés, nos quedamos dormidos y se ve que ya paso el camión, ¿A dónde están las personas de la fila?, mira al menos nuestras mochilas ahí siguen tiradas, nadie se las llevo, que chingón-
Nos levantamos un poco mareados, no había nadie más que nosotros en esa carretera, nos quedamos al costado del anuncio de la parada para continuar esperando un segundo camión, los minutos seguían pasando cuando de una de las casas comenzaron a sacar una camioneta, era un chico como de 18 a 20 años y su padre, nos observaron y nos preguntaron que si esperábamos el camión a la ciudad y asentimos con la cabeza, nos menciono que nos podían llevar en la parte trasera de la camioneta, que iban por algo de carga y después volverían al pueblo, nos pensaban cobrar la mitad de lo que era la tarifa del cacharro naranja, así que gustosos aceptamos, nos montamos atrás donde no había mucho de donde sujetarse, donde el aire se sentía helado, donde brincábamos a cada bache, a cada salto nos dolían las nalgas, pero aún así no dejamos de reírnos uno del otro, de las caras que hacíamos, de que hasta la borrachera se nos estaba bajando, sí antes viajamos en un guajolotero, ahora éramos los guajolotes, reíamos de que no tuviéramos que llegar a mendigar unas monedas para el camino de vuelta, con todo y todo el día estaba terminando, la depresión no me soltaba del todo, no sé si en verdad viajamos rapidísimo, si este compadre le metía en serio la pata al acelerador o era por ir ahí al descubierto, sólo sé que en alguna parte de la carretera donde se presento una recta bastante amplía para poder rebasar, dejamos atrás el camión naranja donde supuestamente deberíamos de ir si no lo hubiéramos perdido, simplemente al verlo detrás nuestro le dijimos adiós con la mano, nos alejamos deprisa y no volvió a asomarse en lo que restaba de camino.

viernes, 29 de agosto de 2008

slowly

A partir de este momento decido cortarme las venas, ya no puedo ser el mismo de hasta ahora, mi imaginación se agota para encontrar la manera de revertir todo lo sucedido, para inventarme un nuevo mañana, para mantener la fe en que los sueños si pasan, la idea de un renacer se ve eclipsada por cada uno de los fracasos que a diario me persiguen y que no puedo borrar de mi mente, por ello tomo la decisión antes mencionada.

No quiero desangrarme de inmediato, deseo que sea lentamente, así que haré unos pequeños cortes para que la sangre goteé de mis muñecas, así, con el andar cotidiano, el moverme de un lado a otro, hará que vaya dejando algunos rastros, poco a poco me vaciaré, reconozo mi mortalidad, pero aún así estoy seguro de que al final de la última gota no caeré muerto, tal vez esa sea la parte interesante, descubrir en que me convertiré -si es que pasa- puede ser que me equívoque, que un día ya no haya mas que escribir por aquí, que ya no los moleste con mis quejidos acostumbrados e inefectivos, puede ser que un día mientras caminen y noten gotas de sangre por la calle, en el pavimento o en la banqueta, cuando vean eso puede ser que he pasado por ahí, de eso si pueden estar seguros.

miércoles, 27 de agosto de 2008

todavía soy joven

Salí del escoyo, finalmente podía respirar diferente, pero ello no significaba necesariamente la libertad, caí en la cuenta que me encontraba abriendo la puerta hacia la nada, en este momento desde ahí estoy instalado escribiendo.


"No eres el peor tipo del mundo, ni mucho menos. Lo malo es que todos tenemos ideales, pero una vez que abres los ojos, comprendes que nunca podrás cambiar la situación. Desde luego, puedes hacer cambios de poca importancia -revoluciones y cosas así-, pero no significan nada. La gente sigue siendo lo que es, ya sean monárquicos, comunistas o simples demócratas. Cada cual va a lo suyo, ése es el juego. Cuando eres joven, es desalentador. No acabas de creértelo. Cuanta más fe tienes, mayor es la desilusión. "


Henry Miller
Plexus

martes, 26 de agosto de 2008

neceando un poco

Me llamó por teléfono para vernos en un restaurante, mi motivo para ir estaba en poder platicar con Angie, aunque viera que en el fondo la visita a aquel lugar marcaría la pauta a que ese día si comería algo, no simplemente lo primero que se me presentara ante mí o lo que fuera, cuando es el caso de quedarme en el departamento.

Caminaba con cierta emoción, ella sabe como vestirse, es linda, sabe manejarse, cómo arreglarse, cualquier persona que le gusten las mujeres podría ver lo mismo que yo, su belleza. Recuerdo la idea que en el pasado me han reclamado exnovias, acerca de no tener amigas feas, pero en ello no me siento tan responsable, en ocasiones he estado cerca de personas no muy agraciadas y las consecuencias han sido desastrosas por causas que no tienen que ver con el físico, ahí tenemos a Pola, maldita loca, eso de llamarme a las 2:00 o 3:00 de la mañana, en completa sobriedad, sí tan solo hubiera estado ebria lo entendería mejor, pero de la nada se avienta con todo para decirme – Haz tenido sexo por teléfono-, le contesto que no, que nunca lo había considerado, -¿Porqué no lo intentamos ahora?- sigue ella, intenté seguir y ver que pasaba, pero nada, ninguna emoción, todo era extraño, hasta el momento donde desde la bocina se escuchaba un sonido que no reconocía que era, es escuchaban dos, tres veces seguidas, entonces ella dijo – ese es el resorte de mi tanga, ahora me la estoy quitando, espero que tu estés haciendo lo mismo-, entonces ahí colgué y desconecté el aparato, no pretendía que sonará una y otra vez para escuchar más cosas así sí yo no sentía absolutamente nada en temperaturas elevadas.
Después de esa ocasión, me llamo de nuevo, esta vez para contarme que uno de sus primos le había hecho sexo oral, que yo qué opinaba acerca de sí se cortaba la mata de rosas o no, cual era la opinión desde el punto de vista de los hombres, pero cómo a mí no me han dado, no me he ganado y sobretodo no me interesa ser el portavoz oficial de lo que los “hombres” quieren decir, volví a colgar.

En fin, he llegado a la recepción del restaurante y ninguna señal de ella, me vuelvo un poco ansioso cuando sucede esto, pienso que me dejarán colgado, que nunca llegará aunque en realidad lleve 5 minutos de retraso, me impaciento más y tengo la enorme necesidad de pedir un trago, lastima que este lugar se ve lo bastante decente como para que tuvieran una barra y así sentarme a esperar el tiempo que sea, aunque de todas maneras imagino que hoy no será buena idea abalanzarme a las copas, bien sé que a Angie no le gusta que tomé, le echa la culpa a que yo no avancé, pero en realidad ello nunca ha tenido responsabilidad alguna a lo que pasa ahora, al contrario, sigo aquí.
Llega después de 10 minutos, reconozco que no es nada, pero aún así me he puesto mal, debo de fingir que no sucede ofuscación alguna, es más, al pedir nuestras bebidas ordeno una naranjada con agua natural, ella pone cara de sorpresa, pide una agua natural y no dice nada al respecto de mi elección, sigo respirando profundo y comienzo a notar lo bella que se ve, vuelvo a seguir confirmando que tiene un enorme gusto por la ropa, a su lado me veo cómo si me hubiera perdido de mesa, en este lugar podría estar sentado alguien de traje y corbata, con un buen corte de cabello, figura atlética y bien afeitado, no yo, estoy seguro que cualquiera de este lugar piensa en ello, ja ja, la única explicación a la que deben llegar es que debo de tener una gran arma, que en mi pantalón guardo una enorme pistola con la que la hago rabiar de placer, si debe de ser eso, es la explicación estúpida con la que siguen comiendo a nuestro alrededor.

Se mencionan los temas acostumbrados, el clima, los equipos mutuos de futbol, las olimpiadas y cosas así, hasta que llegamos a la pregunta de siempre –te veo delgado, ¿estás comiendo bien?, espero que le estés bajando a tus borracheras- y ya que al menos a ella no me agrada mentirle, le doy un vistazo general, que la copa hace esto mucho más llevadero, que es cierto que no me emociona comer, pero en el fondo lo hago aunque ni siquiera tenga hambre, reconozco que sin alimento no puedo durar mucho bebiendo y que terminaría en el suelo en una rapidez tremenda o en una camilla, y definitivamente la experiencia de años atrás de ir al hospital con una congestión alcohólica es algo que no he olvidado.
Angie hace una gran pausa, -Sé muy bien porque haces esto- dice, sientes que nadie te quiere, que no le haces falta a nadie, pero a ti sí te hace falta para poder soñar, para animarte a vivir las cosas, y lo que yo te puedo decir es que deberías de experimentar las cosas aunque no tengas esa seguridad que buscas, debes de quitarte todas esas telarañas de tu cabeza, decirte que deben de quererte por cómo eres, así con esa barriga, con esa barba mal afeitada, seas chaparro, alto, como sea, así deben de quererte, enojón, depresivo, nervioso, como eres, no necesitas fingir que siempre eres muy amable, que a todo momento sonríes, ya que eso únicamente las máquinas lo hacen, tu eres tu, cuando yo empecé a pensar así, salí del bache en el que estaba, ahora mírame, ¿a poco no me veo feliz?, ya estoy saliendo con alguien más y siento que este es el bueno, debes de recuperar el control, eso te lleva a donde tu deseas.

Pensé unos momentos todo lo que acababa de decirme y contesté, -dices que debería de recuperar el control, pero sí nunca lo he tenido, en mi vida no hay momento donde pueda decir que salen las cosas según el plan, y es más, no estoy seguro de querer poseer control alguno sobre alguien-

Erich, ya estas neceando, contestó un tanto exasperada y antes de que me dijera algo, me adelante para rematar:

Con las personas a quienes quiero no acostumbro fingir o pretender ser lo que ella esperan de mí, he sido yo todo este tiempo, y aún así no hay resultado alguno, la autenticidad no necesariamente es el camino para que te quieran más, para que se enamoren de ti, todo esto de que soy valioso lo dices porque eres mi amiga y me ves como tal, pero que dirías sí un día te confesara que he estado enamorado de ti por años, que desearía estar contigo, entonces mis cualidades que has descrito en esta y muchas otras ocasiones no suenan tan grandes, tan suficientes para empezar una relación, se verían medianas, y cómo pasa siempre, saldría a relucir que a mi persona le falta algo para que se enamoren de su alma, de otra manera siempre llegaremos a esta parte incómoda, a este silencio de no saber que decir, a esta ansiedad de pedir otra copa más que disminuya el dolor interno.

sat thing

cars and telephones, only thing produces me, is depressing me

lunes, 25 de agosto de 2008

Hoy

Me muerdo la barba de melancolía

martes, 19 de agosto de 2008

will leben

Ich öffnet meine Hoffnung
meine liebe
diese Küsse hielt ich dir bitteheed entgegen
will leben
ich will nur leben
under ihr lich
meine Engel

domingo, 17 de agosto de 2008

pretexto

Tenía un tiempo de no ver a Lavezzi, comenzamos a platicar de Vodka, sin saber cómo fue que llegamos a ese punto, las opiniones consistían en mencionar las maneras en que lo hemos combinado, que sí con jugo de naranja, de uva, de mango, con refresco de lima-limón, con agua mineral y por supuesto saque a relucir mi ocasión de vodka con agua de jamaica, no porque fuera la mejor, al contrario, estaba bastante ebrio cuando lo hice, se acabo el jugo de naranja, se me hizo que era demasiado fácil no preocuparse, qué siempre hay una alternativa, pensando que un error se puede convertir en un acierto, así fue como lleve a cabo esa mezcla, sin embargo hay que considerar que la gran mayoría de veces, un error te puede conducir a otro error más grave.

En fin, le comente mi deseo por salir a beber, de inmediato el me pregunto por un motivo de que hiciéramos algo así, eso definitivamente era algo que ya estaba esperando, no entiendo, tal vez yo sea muy estúpido, pero ¿porqué debería de existir un motivo para embriagarse?, hay personas que en algún punto determinado de su vida comenzaron a acompañar su comida con refresco, al igual que cuando desean terminar con su sed, refresco, refresco, refresco, únicamente deseo aclararles que nadie de ellos nació desde el primer minuto de su existencia con refresco en la mamila, y en cambio ahora es inseparable; entonces porque esas preguntas morales de buscar una explicación para abrir una botella, no lo sé, esta de más.

Cómo lo mencione, ya estaba preparado para ello, sin mencionar el plan, le pedí a Lavezzi que saliéramos a dar una vuelta, tardamos en caminar varias cuadras, hablando de cosas sin importancia, le pedí que nos detuviéramos, nos sentamos en la banqueta, justo delante de un bar, a el ya se le hacía raro quedarnos sin hacer nada, parecía un lugar como cualquier otro, hasta que comenzó a notar que la mayoría de las personas que buscaban ese lugar, las que entraban o salían a fumar un cigarro ahora que no se puede hacer en los interiores, eran mujeres, mujeres de varias edades que llegaban solas, en grupo, o en pareja, algunas muy discretas, otras bastante efusivas, mostrando, disfrutando los sentimientos que comparten una con la otra; efectivamente, mi amigo noto que lo había llevado a las afueras de un bar para lesbianas, conforme iban pasando los minutos observaba todo ese danzar de mujeres, había algunas extremadamente hermosas, de una belleza descomunal, unas diosas por completo, y nosotros ahí, sin hacer nada, sin siquiera intentarlo, cualquier cosa hubiera sido inútil o ridícula.

Siguieron pasando los minutos y las mujeres, Lavezzi y yo estábamos en la misma idea, ver que todo ello era un desperdicio, que en sí podían existir esas diosas ardientes en deseos, en placeres, en besos y todo ello inalcanzable, el desperdicio no eran ellas, lo somos nosotros, una mujer puede llevar toda una vida completa, triunfal y plena sin necesidad de un hombre, no nos necesitan, esa fue la última idea. Cierta depresión comenzó a notarse en el rostro de el, y antes de que decayera más, reconocí que era el momento exacto para decirle:

-Anda, vayámonos de aquí, es momento de buscar algo de tomar-

Nos fuimos directamente a la barra de un bar cercano ahí, sin protesta alguna, lo invite a que olvidara todo lo anterior, que mi punto fue buscarle una excusa para ir a emborracharnos, porque en eso si soy un experto, para pretextos alcohólicos nunca fallo.

sábado, 16 de agosto de 2008

deformado

"Si insistes en enfocar tus impulsos, acabas convirtiéndote en un coágulo de flemas. Al final, sueltas un gargajo que te deja completamente seco y hasta años después comprendes que no era un gargajo, sino tu yo interior. Si pierdes eso, correrás siempre por las calles obscuras como un loco perseguido por fantasmas. Siempre podrás decir con absoluta sinceridad "No sé qué quiero hacer en la vida".Puedes pasar de cabo a rabo por el filamento de la vida y salir por el extremo que no debes del telescopio, viendo que todo te supera, qué está fuera de tu alcance y diabólicamente retorcido. En adelante todo está perdido. Cualquiera que sea la dirección que tomes, te encontrarás en un salón de espejos; correrás como un loco en busca de una salida, para descubrir simplemente que lo único que te rodea son imágenes deformadas de tu propio y querido yo. "


Henry Miller
Sexus

No es

No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea!
Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.


No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea! Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.


No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea! Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.


No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea! Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.


No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea! Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.


No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea! Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada.



Charles Bukowski

las pirañas

¡¡¡¡Maldito alcohol!!!!, fue lo primero que se escucho, entramos empujándonos unos a otros, la ceremonia ya había comenzado, imaginábamos que el de ahí enfrente era el profesor, se respiraba una gran seriedad en el ambiente y por ello nuestra interrupción fue bastante notoria, alguien de entre todos los escuchas menciono el “maldito alcohol”, para tratar de evidenciarnos, aunque lo deseáramos en ese punto ya era imposible ocultar nuestra ebriedad.
Esa declaración me molesto muchísimo, de la misma manera en que hubieran insultado a alguien de mi familia o se metieran con una persona querida, así, así me preguntaba ¿Por qué maldito alcohol?, era un completo idiota quien lo dijo, en todo caso era alguien que no sabe nada acerca de divertirse, bien por mí, después de todo sería un gorrón menos esa noche, una mano menos peleando por las cervezas.

Había que estar a la caza de las bebidas, persiguiendo a los meseros, todos lucíamos como pirañas, devorando el contenido de la charola, aventarse contra la masa porque no es permisible para la sed el quedarse ahí de pie mirando como se extinguen, ya de por sí a diario vemos como se sofocan nuestros impulsos primordiales, se mata la voz, se oscurecen los ánimos por el constante debacle, sí todo eso sucede, entonces el mostrarse impávido en este momento de llegar al extremo de todo es lo que esta realmente maldito, jodido idiota, lo sigo pensando y deseo madrearlo, escupirle en la cara, jodido idiota, no me canso de decirlo entre dientes.

Los demás tratan de hacer algo de relaciones humanas, vaya que nombre, eso también lo analizo, ja ja –humanas- lo decimos con una naturalidad –relaciones humanas-, cuántos años tiene el hombre sobre la faz de la tierra y es el momento donde no ha aprendido a llevara a cabo una real y verdadera comunicación con otra persona, ya no digamos la humanidad completa, si de verdad fuera el caso entonces de toda esta habitación que esta repleta, nadie estaría bebiendo, no habría razón de ser para las pirañas.

Deambulo tras el mesero, mis amigos ya platican con el profesor, bien por ellos, no entiendo un carajo de lo que esta expuesto en esta galería, imagino que de haber puesto atención al discurso de entrada, ahora tendría un puñetera idea de lo que quiso decir. Ahora me concentro en la palabra –quiso- es algo muy cómodo usarla, veamos ejemplos:
lo que quiso decir
lo que quiso pensar
lo que quiso creer

esos son los más usuales, pero me agradaría más:

lo que quiso desear
lo que quiso amar
lo que quiso extrañar

Me detengo en una esquina de la habitación, es un hecho, ahora si puedo afirmarlo, estoy completamente ebrio, no soy el único, reconozco a unos hermanos a los que nos pueden aplicar el de –lo que quiso tomar-, enfrente de mí hay un pequeño grupo de personas, todas alrededor de una chica gótica, se ve realmente siniestra y sensual con su cabellera roja, con esos piercing en el labio y en las cejas, todos esos anillos, la medias de red envolviendo sus piernas, la multitud embelesada, buscando un pretexto para hablarle, yo no, sigo aquí de pie, no puedo decir que firme porque todo se mueve, decido salirme del cuadro, en mi interior continúa el deseo de seguir bebiendo.

Gastón llega a jalarme de una manga, me dice que Oyuki se ha largado y no le aviso a nadie, ahora no tenemos auto para movernos de ahí, la pareja de tórtolos con quienes llegamos también han hecho lo propio, me dice que estaban tan calientes que no le sorprendería que se hubiesen ido a coger en un callejón de los que aquí abundan o al parque cercano, después de todo es de noche y eso siempre ayuda para los que nos gusta portarnos como se nos viene en gana.
La idea de irnos al parque no es mala, esto de aquí se esta muriendo a excepción de la pelirroja, que a pesar de mi estado etílico, me genera una de esas erecciones personales, esa mujer es realmente salvaje, pero en fin, en mi interior se crea también un vacío en mi estómago, no es una punzada, es más bien como cuando te duele respirar, así, simplemente con el estar continúo se percibe el malestar, Gastón menciona que aún le queda un poco del cigarro, que nos escondamos en el parque, aunque nos desearan asaltar ahí, lo único que llevamos es un poco de mota, estaremos ilesos, pero lo que más me agrada, es la idea de aumentar la desconexión.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Citas de Pulp

"Me senté y encontré en el cenicero medio puro apagado. Lo encendí, le di una calada, no tiraba. Lo volví a intentar. No estaba demasiado mal.
Me sentía introspectivo. Decidí no hacer nada más durante ese día. La vida agota a un hombre, le consume. Mañana sería otro día.



Y, como iba diciendo, a la mañana siguiente volvía a estar en mi oficina. Me sentía totalmente inútil. Era un inútil. Había miles de millones de mujeres por ahí fuera y ninguna emprendía el camino de mi puerta. ¿Por qué? Porque era un perdedor. Era un detective incapaz de resolver nada.



Tenía que pensar. Intentaba pensar. La mosca seguía paseándose por mi escritorio. Enrollé el Racing Form, traté de aplastarla y no lo conseguí. No era mi día. Ni mi semana, ni mi mes, ni mi año. Ni mi vida. –Maldita sea!
Me recosté de nuevo en la silla. Nacido para morir. Nacido para vivir como una rata acosada. ¿Dónde estaba el coro de las chicas? ¿Por qué me sentía como si estuviera asistiendo a mi propio funeral?



Empecé a sentirme eufórico ante la acción que se avecinaba. Se me ocurrió la idea de que podía colarme en el edificio y conseguir algo. Tal vez podría cazar alguna conversación suya por teléfono. Tal vez podría dar con alguna pista. Claro que era peligroso. A plena luz del día. Pero yo me crecía ante el peligro. Eso me hacía sentir un hormigueo en las orejas y se me apretaba el agujero del culo. Sólo se vive una vez, ¿no? Bueno, excepto en el caso de Lázaro. Pobre gilipollas, tuvo que morirse dos veces. Pero yo era Nick Be-lane. Sólo se monta uno en el tiovivo una vez. La vida es de los osados.



Maté cuatro moscas mientras esperaba. Maldita sea, la muerte está en todas partes. Ni hombres, ni pájaros, ni fieras, ni reptiles, ni roedores, ni insectos, ni peces, ninguno tenía una oportunidad. El final estaba fijado. No sabía qué hacer. Me empecé a deprimir. Ya saben, veo al dependiente del supermercado metiendo en la bolsa lo que he comprado y a continuación le veo metiéndose en su propia tumba junto con el papel higiénico, la cerveza y las pechugas de pollo.



Entonces la puerta se abrió de golpe. Y entró aquella mujer. Lo único que puedo decirles es que hay miles de millones de mujeres en este mundo, ¿verdad? Algunas están bien. La mayoría están bastante bien. Pero de vez en cuando la naturaleza produce un fenómeno salvaje, hace una mujer especial, una mujer increíble. Quiero decir que la miras y no puedes creértelo. Todo en ella es un movimiento ondulante perfecto, azogue, es como una serpiente, le miras un tobillo, le miras un codo, le miras el pecho, le miras la rodilla y todo se funde en un ser impresionante, provocador, con unos ojos bellísimos que sonríen, la boca un poco hacia abajo, los labios como si estuvieran a punto de soltar una carcajada ante tu indefensión. Y saben cómo vestirse y su pelo largo incendia el aire. –Demasiado! –Maldita sea, demasiado!



Caminando hacia la librería de Red me sentía un poco deprimido. El hombre ha nacido para morir. ¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el tranvía. Esperar un par de buenas tetas alguna noche de agosto en un cuarto de hotel en Las Vegas. Esperar que canten los ratones. Esperar que a las serpientes les crezcan alas. Perder el tiempo.



El hombre ha nacido para pelear por cada palmo de terreno. Nacido para pelear, nacido para morir.



El sexo es una trampa, un engaño. Es para los animales. Yo era demasiado sensato para ese tipo de mierdas. Volví a colgar el teléfono, abrí la puerta, salí, cerré con llave y me dirigí al ascensor. Tenía trabajo que hacer.



Algunas veces yo pensaba en mi hígado pero mi hígado nunca me hablaba, nunca me decía: –Para! Tú me estás matando a mí y yo voy a matarte a ti-. Si tuviéramos hígados que hablaran no necesitaríamos Alcohólicos Anónimos.



Por desgracia, aquella tarde acabé en el hipódromo y aquella noche acabé borracho. Pero no estaba perdiendo el tiempo, estaba reflexionando, examinando los hechos. Estaba justo en la cumbre de todo. En cualquier momento tendría la solución. Seguro.



Yo tenía talento, tengo talento. A veces me miro las manos y me doy cuenta de que podría haber sido un gran pianista o algo así. Pero ¿qué han hecho mis manos? Rascarme las pelotas, firmar cheques, atar zapatos, tirar de la cadena de los retretes, etc., etc. He desaprovechado mis manos. Y mi mente."



Charles Bukowski
Pulp

viernes, 8 de agosto de 2008

Cita de Jack Kerouac

¿No es cierto que se empieza la vida como un dulce niño que cree en todo lo que pasa bajo el techo de su padre?
Luego llega el día de la decepción cuando uno se da cuenta de que es desgraciado y miserable y pobre y está ciego y desnudo, y con rostro de fantasma dolorido y amargado camina temblando por la pesadilla de la vida.
Salí dando tumbos de la estación; ya no podía controlarme.Lo único que veía de la mañana era una blancura semejante a la blancura de la tumba.


Jack Kerouac
En el camino

jueves, 7 de agosto de 2008

de la peste a lo perfumado

No sé como describir la manera en que me desperté, la seguridad de que nada bueno arrojaría el día era la sensación más constante.
Faltaba poco para el mediodía, mis cabellos alborotados no me dejarían mentir acerca de acabar de abrir los ojos, Gastón paso a verme, le preocupaba mi estado de ánimo de los último días, yo le dije que tenía que ser más realista, que no era para tanto, el decía días cuando yo estaba seguro de tratarse de meses en donde no existe camino alguno, le molesto mi sarcasmo, qué este no era momento para chorradas así, eso para mi fueron palabra de aliento, arremetí con la idea de que de verdad no pasaba nada, que únicamente llevo meses así cuando la mayoría de los que nos rodean o hasta las grandes masas que no conoceremos están extraviados toda su vida, entonces que lo mío sean meses solo es como 5 minutos en el total de la vida, no es para tanto, de verdad.
Al notar Gastón que se dirigía completamente a un callejón sin salida, cambio radicalmente la conversación, a decirme que visitáramos a la Rana, ya que teníamos unas semanas de no ir, esa idea me agrado, empezar por que bien podría llegar de pijama a su casa y no habría problema, llegar sin código, sin etiqueta, sin nada más en la mano que una botella de lo que fuera, en este caso de mi inseparable vodka, guarde la que tenía en el departamento en mi mochila destartalada, me revolví un poco en la recámara, buscando debajo de la cama alguna moneda que hubiera salido de mi pantalón, o mejor aún si encontraba algún billete, no encontré nada, así que lo mejor fue salir de ahí antes de que la pesadez cayera sobre mi cabeza.
Una vez que llegamos a ver a la Rana, se sorprendió un poco de encontrarnos ahí, no nos esperaba, y de hecho parece que interrumpimos sus quereres con el Chango, su novio, con el que estaba ahí adentro, hubo una mezcla de pena y enojo por mi parte, la pena porque evidentemente no deseaba interrumpir su sesión de arrumacos, enojo porque pensé que Gastón ya había hablado con ella, que sabía que iba a ver más personas, pero eso de llegar así de buenas a primeras no va conmigo. Sin darle mas vuelo al asunto, nos invitaron a pasar, al Chango pareció si darle mucho gusto que llegáramos, nos estrecho la mano efusivamente, e inmediatamente que nos acomodábamos en el suelo junto a unos cojines (ellos no tenían sofá o sillones, decían que se perdieron un día durante un incendio), saque la botella de vodka, un especie de aullido se apodero de la Rana, su contento era notorio, las cosas podían mejorar ahora sí.
Comenzamos a platicar un poco, en general de la manera en que a cada quien lo trataba la vida del pincel, la idea concisa giraba en que lo principal estaba en salir a más exposiciones, aunque no fueran de nuestro círculo, la mente era expandible, lo sabíamos, y era desesperante no hacer algo al respecto, saber el problema, pero nada de soluciones.
Durante un momento todo podía irse al valle de lágrimas, me adelante a cambiar de tema con el cambio de música, no sé que escuchábamos, era algo del tipo caribeño, una cosa así, un disco de The clash aseguraba sacar esto a flote, London calling gritaba por las bocinas de la grabadora cuando llegó el Whiskas, vaya nombre que le pusieron a este amigo que de ninguna manera luce rasgos felinos, imagino que debe de ser por alguna otra cuestión que le digan así, mientras no sea por siniestro y traicionero nos podemos llevar bien.
Se acomodo al igual que nosotros, es más, se relajo totalmente que tomo literalmente aquello de “pasa, siéntete como en tu casa”, se quito los tenis, acto seguido, entrebusco algo en su interior, levanto la suela del mismo para sacar una bolsita de plástico junto con su material para armar un cigarrillo, si bien hubo un aullido con el vodka, aquí no sé describir la manera en que se sintió el alarido, el júbilo, los aplausos por lo que iba acontecer, el Chango se ofreció a prepararlo, era su especialidad –a palabras de él-, ya nadie quería más vodka, había que esperar a lo siguiente, el tema de la conversación continuaba en que nadie estaba seguro de cómo mantener la originalidad en sus pinturas, en que las personas adultas, más adultas que nosotros con el tiempo se convertían en críticos de arte, profesores o sencillamente se dedicaban a otra cosa, ¿nosotros podemos romper con eso? ¿ser siempre así?, no lo sabemos, el ser los primeros en algo que todo el mundo te da por hecho que no se puede, que esta de locos, que es imposible, generaba en sí mayor motivación para demostrar que se equivocaban.
Se le dio la primera calada al cigarro, únicamente estábamos arrancando, las palabras seguían su curso, tocaron la puerta, me ofrecí a abrir, para mi buena sorpresa se trataba de Oyuki, llegaba con sus lentes negros, con esa sonrisa que no sabes si los labios se arquean por su manera tan lasciva de nacimiento, o es porque se le cuelga la boca por traer algunos alcoholes encima.
Entro, hubo más aplausos, abrazos, se despojo de sus lentes para dejar ver claramente que llevaba un rato bebiendo, a mí me agrado, ella es de mi club, de despertar y antes de cualquier cosa, antes de pensar que vamos a comer, que hay que preparar, que hay que salir a comprar, ya se esta apagando la sed, bien, bien, esto mejora.
Era también bastante notorio que quemábamos a gusto, ni siquiera se molesto en preguntar que tomábamos, así que ella también saco de su estuche que maquillaje, una pequeña bolsita como la anterior del tenis, esta vez se iba al extremo contrario, mientras que con el Whiskas imaginaba que todo apestaría a las mil madres, en esta otra situación toda la habitación perfumada era la lógica que seguía.
El Chango se mantuvo con la especialidad de la casa, un cigarro más grande y más potente comenzó a rolar, Oyuki se puso al corriente con el tema central de la conversación del día, de inmediato el ánimo cambió, todo era seguridad, confianza en que siempre se encontraría de una o de otra forma, la manera de llegar a expresar lo que deseábamos, que a final de cuentas es lo que se busca a través de un estilo de una forma de pintar, pronto se olvido la preocupaciones para pasar al lado activo, la Rana recordó que ese mismo día se llevaría a cabo una exposición en el centro, uno de sus antiguos profesores estaría ahí, la idea estaba en llegar allá para hacer acto de presencia, como algunos comerciales, que los pasan una y otra vez para que no los olvides que existen, así tenemos que ser nosotros, a tomar provisiones para el camino, nos guardamos el vodka, el cigarrillo se apago antes de que se consumiera por completo, había camino por recorrer y era mejor que nos saliéramos de una vez.

lunes, 4 de agosto de 2008

en otro idioma

Hoy deseo saber otro idioma, escribir, pensar, decir cosas que para los demás pueden parecer abstractas, que de verdad se convierta en una completa burbuja para mí, para que cuando camine en la calle escuchando a mis vecinos regañar al perro, para cuando en el centro comercial me intenten endilgar una tarjeta de crédito, cuando no sepa que mas decir, para cuando desee escribir de nueva cuenta lo que siento, cuando creo que estoy perdido en un acumulamiento de palabras, o lo más recurrente, cuando caiga borracho al suelo y produzca sonidos ininteligibles; entonces tal vez tenga razón, lo justifique todo de una manera más convincente, sabré que si jamás se dieron las cosas fue porque ella no me entendió en mi mal francés, o alemán, ya pensaré que idioma hablaré.

domingo, 27 de julio de 2008

Mi show de hoy

No estoy totalmente seguro de la manera en que llegamos a esa casa, ni siquiera puedo decir que mi motivo era ir a una fiesta, con el saber de la existencia de alcohol fluyendo por aquellas paredes era suficiente, sin importar que se tratara de una boda, cumpleaños, una fiesta como tal o simplemente una borrachera, lo que fuera; es más, si existiera una misa donde el sacerdote dispusiera o compartiera con todos los feligreses el vino de consagrar al mayoreo, pueden estar seguros que me convertiría sin dudarlo.

En fin, la casa era enorme, lucía mas bien como una mansión de muchos pisos, casi como un edificio, encallado junto a una loma muy verde, llena de pasto, de vegetación extensa que hacía tener una ambientación parecida a la del trópico. Las personas de su interior no me decían mucho, ni literalmente o de ninguna otra manera, eran unos completos extraños para mí, salvo que la persona quien me diera el tip de que asomáramos nuestras cabezas fuera Ella. Contemplar la sencilla idea de aventurarnos y ver que pasaba ya era un buen incentivo, con el fluir indistinto del alcohol que se daba, si nos conocieran o no, era un punto que no les importaba en lo absoluto, observaba cautelosamente a los que nos rodeaban, parecían ser de un estrato mayor que el nuestro por la ropa, accesorios, corte y cuidado del cabello, así como el inconfundible acento que le añaden a las palabras y/o gesticulaciones.

De alguna manera se trataba como si nosotros no existiéramos para ellos y viceversa, era perfecto, un lugar donde no tienes que pretender que son tus amigos para que te dejen beber, para abrir el grifo, hasta podía pensar que estaba soñando, pero no era así, en mi cabeza nunca se hubiera concretado una situación así estando con Ella, este tipo de cosas no entran en mi suerte habitual, todo inmejorable, los vodkas corriendo, ella con un pantalón café ajustado, enmarcaba muy bien sus caderas, las lucía fuertes, rígidas, desataba ese deseo tribal, un poco cavernícola, de soltarle una palmada, de que me doliera la mano al estrellarla ante esas nalgas majestuosas, espléndidas, de diosa; además de ello su blusa color blanca hacía el perfecto juego, con su escote juguetón que mostraba un poco esos senos discretos, que cuando estiraba los brazos presa del frenesí alcohólico que nos dábamos, asomaban un poco más de la cuenta, notando el cambio de coloración en la piel, cómo en aquellas zonas que eran más para ella, que permanecen más en el anonimato, donde las piel es lo más blanco cercano a una gran perla, sus labios estaban en un rojo encendido, a pesar de no tener labial eso no importaba, su sensualidad es natural, algo que conforme pasaban los tragos hacía que la boca se convirtiera en un imán gigante.

Desechaba la idea de elaborar un plan, de ser un conquistador calculador, ya veríamos que pasa, si es que pasa algo para empezar; las horas continuaban diluyéndose, la gente desconocida no dejaba de aparecer, hasta que en uno de tantos, surgió como en el caso de una pesadilla, ya que ahora el sueño terminaba, no para despertar, sino para convertirse en algo malo, tan malo como la aparición del novio de Ella, yo no tenía el gusto de conocerlo, sabía de su existencia, eso no coartaba con mi libertad para desearla a Ella. De inmediato, al presentarnos el se dio cuenta de lo que los hombres sabemos, que no existen amigos en las vidas de las mujeres, sobre todo las buenas mujeres, las que tiene todos los atributos para serlo con mucho orgullo, y es que en nuestra definición, los pretendientes o ex pretendientes son los únicos que rondan en sus vidas, en este caso yo estaba siendo identificado como del primer tipo. En seguida el novio se enfureció, se lo echo en cara e Ella e inmediatamente me lo reclamo a mi también, me instó a que fuera lo bastante hombrecito para aceptarlo ahí enfrente de los dos, y de verdad que yo no tengo cual será la definición de “un hombre”, no sé que significa eso hoy en día, así que al menos por ese punto en particular no iba a responder, ante mi silencio, Ella comenzó a abrir más lo ojos, esos mismos que empezaban a verse somnolientos por la cantidad de vodka, despertaron para poner mirada de alerta, de interrogarme ella también acerca de la apreciación del novio; como he mencionado, no existía plan, no aseguraba que algún día le mencionaría algo al respecto, si sería paciente como la araña, aguardaría hasta que este tipo que esta enfrente de mí lo hubieran mandado a la chingada, sí confiaría en que un día diéramos fin a nuestra velada enfrascados en una lucha cuerpo a cuerpo, boca a boca, un verdadero agarrón.
El pánico escénico, por no llamarme cobarde tan a la primera, hizo aparición, sin decir nada intenté largarme de la casa, el novio, enojado, encolerizado ante verme como un imbécil con intenciones nada honorables, me siguió, apreté el paso, corrí entre las demás personas, me daba cuenta que todo estaba lleno de muchas habitaciones, pasillos, niveles, barandales, y en uno de ellos me asome para verme junto a una piscina, no estaba muy alto, solo se trataban de dos pisos, nunca he sido bueno para los puños, así que suponiendo lo más obvio, que en cuanto el novio me diera alcancé sería momento de usarlos, me arroje por el barandal, más de uno habrá pensado que ya estaba muy pasado de copas, después de caer al agua, salieron a flote risas burlonas, aplausos irónicos, una que otra sonrisa de aprobación, pero en general todos seguían en su onda, donde además en esta región de la casa las mujeres iban con muy poca ropa, luciendo sus hermosos cuerpos, junto con pretendientes con el torso desnudo, muy atléticos en comparación con mi barriga; en fin, sin voltear a ver la ubicación de mi perseguidor, seguí mi marcha, sin voltear atrás caminé por más lugares, otros pasillos mas desolados, habitaciones donde había grupos de personas haciendo cosas raras como orar y levantar los brazos, demasiado extraño, todo eso me llevo a un elevador, lo tome para salir al estacionamiento, el estar ahí ya me dejaba respirar cierto aire de alivio, pensaba que esta historia podía ser como la de muchas películas, donde en el último instante, cuando todo parece estar resuelto, demasiado fácil, ahí se descompone todo…
pero esto no es una película, al salir a la calle tome el primer taxi que encontré, mi ropa estaba completamente empapada, al parecer el conductor no lo notó, subí sin el menor comentario, una vez arriba me comenzó a atacar el frío, necesitaba algo seco, a las cuantas calles le pedí que me bajara, cerca se encontraba una estación de metro, caminaría hasta ahí para llamar por el teléfono público a mi hermano, pedirle que nos viéramos en una cantina del centro, a pesar de estar completamente mojado, la sed me invadía, necesitaba verlo a el y platicarle todo lo sucedido, más allá de preocuparme por el novio enfurecido, pensaba en Ella, era indiscutible que esto no pasaría desapercibido, algo tendrá que pasar después de mi show de hoy.

lunes, 14 de julio de 2008

continuando

Era el mes de abril cuando fui por primera vez a la casa de La rana, entonces me pareció una buena puntada darme un toque, ¿porqué no? Esa fue la primera idea, no creo que pase nada, no estaba muy ebrio como para no saber lo que hacía.

A últimas semanas reconozco que mi comportamiento ha cambiado, he dejado de lado mi acostumbrada música depresiva para desempolvar todos esos discos o hasta casettes viejos, que enmarcaron una etapa de mucha libertad.

En muchos aspectos, la mercadotecnia o nuestras odiosas tías, nos atacan con la nostalgia de tiempos pasados, de cosas que no volverán, sin embargo este re-acercamiento a la música de The doors, Led Zeppelin, los primeros discos de Pink Floyd, Iron Butterfly, The Clash, The animals, y más cosas por el estilo, me generan la sensación de que la libertad que años antes había sentido no se ha ido a ningún lado, que es algo que siempre se había mantenido en mi interior, olvidada, dormida y ahora empieza a despertar.

Es interesante todo lo que conlleva, no es únicamente la idea de ponerse estúpido hasta perder el conocimiento, es todo el intercambio de ideas que se puede tener con los demás, al final es tanto, que es complicado guardarse o llevarse consigo todo lo dicho en la reunión, todos esos disparates, esas respuestas que parecen no tener sentido, frases compuestas al instante, nada esta premeditado, nadie tiene un discurso bajo el brazo que haya estado preparando toda la semana, en ocasiones puede ser una completa estupidez, pero qué no lo es, solo falta encender el televisor, viajar en metrobus, ver como tratan a las mujeres en el metro, escuchar a dos personas alburearse, caminar en el centro, abrir una cuenta en el banco, una cantina llamada la Libertad, contratar un seguro de vida, un Hotel que se llama los Alpes, preocuparse por la afore, o tirar el dinero teniendo un hijo, y por todo ello, darme cuenta de que no hay una sola razón para que no continué la raniza.

no lo suficiente

Hay cosas que me molestan, que me pregunten lo mismo.

-Erich, ¿estás comiendo bien?
Yo respondo, -no, pero creo que es lo suficiente

-¿Y sigues tomando?
- si, pero creo que no lo suficiente

Ese tipo de cuestionamientos no van a ningún lado, me parece que podrían ser más creativos o ir al punto, lo que verdaderamente importa:

-Erich, ¿amas lo suficiente?

A lo que respondería:
Si, pero no soy el único, he llegado tarde.

martes, 8 de julio de 2008

dos pasos

Uno piensa que cuatro años no son nada, que la ciudad no cambia mucho, que uno se acordará llegado el momento, pero en este caso no fue así.
Muchas memorias llegaron a mi mente en esta ocasión, recordar una vieja versión de mi persona, el ir a la Prepa 5 para ver a Ariene, aquellos regresos en su auto, conocer a su hermano que decían que estaba un poco loco, pero a mi me parecía un buen tipo; la fiesta en aquellas calles donde todas tienen nombres de equipos de futbol, la historia del látigo en la misma noche que nació Alex, claro, ahora únicamente lo acorto, en ese tiempo quién sabía de la existencia de un shortstop de Seattle llamado Alex Rodríguez, cuándo iba a imaginar que pasaría a los odiados Yankees.

Confiaba como entonces que se podía llegar a cualquier lado caminado y preguntando, y lo hubiera logrado de igual manera, pero hubiera tardado muchísimo para llegar a la escuela, en fin, cuando uno se pierde también recobras memorias guardadas en el viejo baúl, el pasar por La Selva, me recordó a la noche de la despedida de soltero de alguien que no recuerdo el nombre, dormir en el piso esa noche, no volver a casa, llegar a la escuela mientras en el camino estuve por hablar con los mounstros, y finalmente terminar esa tarde en el café fingiendo que no tenía resaca alguna, pero cuanto deseaba haber pedido ese jugo de naranja con un poco de vodka, vaya, ahora que lo pienso ahí comenzaron los problemas con ella y mi yo tomando demasiado, la vez de la exposición a la 1:00 de la tarde y para entonces ya estaba algo ebrío, ya no digamos después, a final de cuentas tuve el reconocimiento que esperaba, mi primera exposición, pensaba que sería el inicio de algo grande.

En fin, cuantas cosas se encerraron hoy, el regreso a casa con un buen sabor de boca, viendo que después de todo existen personas extrañas que no dejan de ser sencillas, todo claro, así no hay porque lanzar puteadas al mundo, hoy me regreso dos pasos de mi desconfianza con la humanidad.

Jean Arthur Rimbaud

Hoy he encontrado un libro que me llevo al nombre de Rimbaud, y como de una cosa se va a otra, dejo aquí este poema suyo.

Una temporada en el infierno

En otro tiempo, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que se abrían todos los corazones y en el que se derramaban todos los vinos.

Una noche senté a la belleza sobre mis rodillas —Y la encontré amarga—. Y la injurié.

Me he armado contra la justicia.

Me fugué. ¡Oh brujas, oh miseria, oh odio! Fue a vosotros que confié mi tesoro.

Conseguí hacer desaparecer de mi espíritu toda esperanza humana. Sobre cualquier alegría, para estrangularla, di el salto sordo de la bestia fiera.

Llamé a los verdugos para que, al parecer, pudiese morder la culata de los fusiles. He invocado los desastres para ahogarme con la arena y la sangre.

La desgracia ha sido mi dios. Me he tendido en el cieno. Me he secado con el aire del crimen. Le he gastado buenas bromas a la locura.

Y la primavera me trajo la risa horripilante del idiota.

Luego, últimamente, cuando me he visto a punto de lanzar mi postrer bufido, se me ocurrió buscar la llave del festín antiguo para ver si, ella, recobraba el apetito.

La caridad es esta llave. —Esta inspiración demuestra que lo he soñado.
«Seguirás siendo hiena, etc...» insiste el demonio que me coronó con tan amables adormideras. «Llega a la muerte con todos tus apetitos, con tu egoísmo y con todos tus pecados capitales.»

¡Ah! ya aguanté lo mío:
—Pero, querido Satán, os conjuro; ¡miradme con ojos menos irritados! Y aguardando las pequeñas cobardías en demora, para vos que apreciáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, voy a destacar algunas odiosas hojas de mi carné de condenado.

martes, 1 de julio de 2008

Coronel Kurtz


I've seen horrors... horrors that you've seen. But you have no right to call me a murderer. You have a right to kill me. You have a right to do that... but you have no right to judge me. It's impossible for words to describe what is necessary to those who do not know what horror means. Horror. Horror has a face... and you must make a friend of horror. Horror and moral terror are your friends. If they are not then they are enemies to be feared. They are truly enemies. I remember when I was with Special Forces. Seems a thousand centuries ago. We went into a camp to inoculate the children. We left the camp after we had inoculated the children for Polio, and this old man came running after us and he was crying. He couldn't see. We went back there and they had come and hacked off every inoculated arm. There they were in a pile. A pile of little arms. And I remember... I... I... I cried. I wept like some grandmother. I wanted to tear my teeth out. I didn't know what I wanted to do. And I want to remember it. I never want to forget it. I never want to forget. And then I realized... like I was shot... like I was shot with a diamond... a diamond bullet right through my forehead. And I thought: My God... the genius of that. The genius. The will to do that. Perfect, genuine, complete, crystalline, pure. And then I realized they were stronger than we. Because they could stand that these were not monsters. These were men... trained cadres. These men who fought with their hearts, who had families, who had children, who were filled with love... but they had the strength... the strength... to do that. If I had ten divisions of those men our troubles here would be over very quickly. You have to have men who are moral... and at the same time who are able to utilize their primordial instincts to kill without feeling... without passion... without judgment... without judgment. Because it's judgment that defeats us.

Líneas del Coronel Kurtz en Apocalypsis Now