jueves, 7 de agosto de 2008

de la peste a lo perfumado

No sé como describir la manera en que me desperté, la seguridad de que nada bueno arrojaría el día era la sensación más constante.
Faltaba poco para el mediodía, mis cabellos alborotados no me dejarían mentir acerca de acabar de abrir los ojos, Gastón paso a verme, le preocupaba mi estado de ánimo de los último días, yo le dije que tenía que ser más realista, que no era para tanto, el decía días cuando yo estaba seguro de tratarse de meses en donde no existe camino alguno, le molesto mi sarcasmo, qué este no era momento para chorradas así, eso para mi fueron palabra de aliento, arremetí con la idea de que de verdad no pasaba nada, que únicamente llevo meses así cuando la mayoría de los que nos rodean o hasta las grandes masas que no conoceremos están extraviados toda su vida, entonces que lo mío sean meses solo es como 5 minutos en el total de la vida, no es para tanto, de verdad.
Al notar Gastón que se dirigía completamente a un callejón sin salida, cambio radicalmente la conversación, a decirme que visitáramos a la Rana, ya que teníamos unas semanas de no ir, esa idea me agrado, empezar por que bien podría llegar de pijama a su casa y no habría problema, llegar sin código, sin etiqueta, sin nada más en la mano que una botella de lo que fuera, en este caso de mi inseparable vodka, guarde la que tenía en el departamento en mi mochila destartalada, me revolví un poco en la recámara, buscando debajo de la cama alguna moneda que hubiera salido de mi pantalón, o mejor aún si encontraba algún billete, no encontré nada, así que lo mejor fue salir de ahí antes de que la pesadez cayera sobre mi cabeza.
Una vez que llegamos a ver a la Rana, se sorprendió un poco de encontrarnos ahí, no nos esperaba, y de hecho parece que interrumpimos sus quereres con el Chango, su novio, con el que estaba ahí adentro, hubo una mezcla de pena y enojo por mi parte, la pena porque evidentemente no deseaba interrumpir su sesión de arrumacos, enojo porque pensé que Gastón ya había hablado con ella, que sabía que iba a ver más personas, pero eso de llegar así de buenas a primeras no va conmigo. Sin darle mas vuelo al asunto, nos invitaron a pasar, al Chango pareció si darle mucho gusto que llegáramos, nos estrecho la mano efusivamente, e inmediatamente que nos acomodábamos en el suelo junto a unos cojines (ellos no tenían sofá o sillones, decían que se perdieron un día durante un incendio), saque la botella de vodka, un especie de aullido se apodero de la Rana, su contento era notorio, las cosas podían mejorar ahora sí.
Comenzamos a platicar un poco, en general de la manera en que a cada quien lo trataba la vida del pincel, la idea concisa giraba en que lo principal estaba en salir a más exposiciones, aunque no fueran de nuestro círculo, la mente era expandible, lo sabíamos, y era desesperante no hacer algo al respecto, saber el problema, pero nada de soluciones.
Durante un momento todo podía irse al valle de lágrimas, me adelante a cambiar de tema con el cambio de música, no sé que escuchábamos, era algo del tipo caribeño, una cosa así, un disco de The clash aseguraba sacar esto a flote, London calling gritaba por las bocinas de la grabadora cuando llegó el Whiskas, vaya nombre que le pusieron a este amigo que de ninguna manera luce rasgos felinos, imagino que debe de ser por alguna otra cuestión que le digan así, mientras no sea por siniestro y traicionero nos podemos llevar bien.
Se acomodo al igual que nosotros, es más, se relajo totalmente que tomo literalmente aquello de “pasa, siéntete como en tu casa”, se quito los tenis, acto seguido, entrebusco algo en su interior, levanto la suela del mismo para sacar una bolsita de plástico junto con su material para armar un cigarrillo, si bien hubo un aullido con el vodka, aquí no sé describir la manera en que se sintió el alarido, el júbilo, los aplausos por lo que iba acontecer, el Chango se ofreció a prepararlo, era su especialidad –a palabras de él-, ya nadie quería más vodka, había que esperar a lo siguiente, el tema de la conversación continuaba en que nadie estaba seguro de cómo mantener la originalidad en sus pinturas, en que las personas adultas, más adultas que nosotros con el tiempo se convertían en críticos de arte, profesores o sencillamente se dedicaban a otra cosa, ¿nosotros podemos romper con eso? ¿ser siempre así?, no lo sabemos, el ser los primeros en algo que todo el mundo te da por hecho que no se puede, que esta de locos, que es imposible, generaba en sí mayor motivación para demostrar que se equivocaban.
Se le dio la primera calada al cigarro, únicamente estábamos arrancando, las palabras seguían su curso, tocaron la puerta, me ofrecí a abrir, para mi buena sorpresa se trataba de Oyuki, llegaba con sus lentes negros, con esa sonrisa que no sabes si los labios se arquean por su manera tan lasciva de nacimiento, o es porque se le cuelga la boca por traer algunos alcoholes encima.
Entro, hubo más aplausos, abrazos, se despojo de sus lentes para dejar ver claramente que llevaba un rato bebiendo, a mí me agrado, ella es de mi club, de despertar y antes de cualquier cosa, antes de pensar que vamos a comer, que hay que preparar, que hay que salir a comprar, ya se esta apagando la sed, bien, bien, esto mejora.
Era también bastante notorio que quemábamos a gusto, ni siquiera se molesto en preguntar que tomábamos, así que ella también saco de su estuche que maquillaje, una pequeña bolsita como la anterior del tenis, esta vez se iba al extremo contrario, mientras que con el Whiskas imaginaba que todo apestaría a las mil madres, en esta otra situación toda la habitación perfumada era la lógica que seguía.
El Chango se mantuvo con la especialidad de la casa, un cigarro más grande y más potente comenzó a rolar, Oyuki se puso al corriente con el tema central de la conversación del día, de inmediato el ánimo cambió, todo era seguridad, confianza en que siempre se encontraría de una o de otra forma, la manera de llegar a expresar lo que deseábamos, que a final de cuentas es lo que se busca a través de un estilo de una forma de pintar, pronto se olvido la preocupaciones para pasar al lado activo, la Rana recordó que ese mismo día se llevaría a cabo una exposición en el centro, uno de sus antiguos profesores estaría ahí, la idea estaba en llegar allá para hacer acto de presencia, como algunos comerciales, que los pasan una y otra vez para que no los olvides que existen, así tenemos que ser nosotros, a tomar provisiones para el camino, nos guardamos el vodka, el cigarrillo se apago antes de que se consumiera por completo, había camino por recorrer y era mejor que nos saliéramos de una vez.

No hay comentarios: