Me llamó por teléfono para vernos en un restaurante, mi motivo para ir estaba en poder platicar con Angie, aunque viera que en el fondo la visita a aquel lugar marcaría la pauta a que ese día si comería algo, no simplemente lo primero que se me presentara ante mí o lo que fuera, cuando es el caso de quedarme en el departamento.
Caminaba con cierta emoción, ella sabe como vestirse, es linda, sabe manejarse, cómo arreglarse, cualquier persona que le gusten las mujeres podría ver lo mismo que yo, su belleza. Recuerdo la idea que en el pasado me han reclamado exnovias, acerca de no tener amigas feas, pero en ello no me siento tan responsable, en ocasiones he estado cerca de personas no muy agraciadas y las consecuencias han sido desastrosas por causas que no tienen que ver con el físico, ahí tenemos a Pola, maldita loca, eso de llamarme a las 2:00 o 3:00 de la mañana, en completa sobriedad, sí tan solo hubiera estado ebria lo entendería mejor, pero de la nada se avienta con todo para decirme – Haz tenido sexo por teléfono-, le contesto que no, que nunca lo había considerado, -¿Porqué no lo intentamos ahora?- sigue ella, intenté seguir y ver que pasaba, pero nada, ninguna emoción, todo era extraño, hasta el momento donde desde la bocina se escuchaba un sonido que no reconocía que era, es escuchaban dos, tres veces seguidas, entonces ella dijo – ese es el resorte de mi tanga, ahora me la estoy quitando, espero que tu estés haciendo lo mismo-, entonces ahí colgué y desconecté el aparato, no pretendía que sonará una y otra vez para escuchar más cosas así sí yo no sentía absolutamente nada en temperaturas elevadas.
Después de esa ocasión, me llamo de nuevo, esta vez para contarme que uno de sus primos le había hecho sexo oral, que yo qué opinaba acerca de sí se cortaba la mata de rosas o no, cual era la opinión desde el punto de vista de los hombres, pero cómo a mí no me han dado, no me he ganado y sobretodo no me interesa ser el portavoz oficial de lo que los “hombres” quieren decir, volví a colgar.
En fin, he llegado a la recepción del restaurante y ninguna señal de ella, me vuelvo un poco ansioso cuando sucede esto, pienso que me dejarán colgado, que nunca llegará aunque en realidad lleve 5 minutos de retraso, me impaciento más y tengo la enorme necesidad de pedir un trago, lastima que este lugar se ve lo bastante decente como para que tuvieran una barra y así sentarme a esperar el tiempo que sea, aunque de todas maneras imagino que hoy no será buena idea abalanzarme a las copas, bien sé que a Angie no le gusta que tomé, le echa la culpa a que yo no avancé, pero en realidad ello nunca ha tenido responsabilidad alguna a lo que pasa ahora, al contrario, sigo aquí.
Llega después de 10 minutos, reconozco que no es nada, pero aún así me he puesto mal, debo de fingir que no sucede ofuscación alguna, es más, al pedir nuestras bebidas ordeno una naranjada con agua natural, ella pone cara de sorpresa, pide una agua natural y no dice nada al respecto de mi elección, sigo respirando profundo y comienzo a notar lo bella que se ve, vuelvo a seguir confirmando que tiene un enorme gusto por la ropa, a su lado me veo cómo si me hubiera perdido de mesa, en este lugar podría estar sentado alguien de traje y corbata, con un buen corte de cabello, figura atlética y bien afeitado, no yo, estoy seguro que cualquiera de este lugar piensa en ello, ja ja, la única explicación a la que deben llegar es que debo de tener una gran arma, que en mi pantalón guardo una enorme pistola con la que la hago rabiar de placer, si debe de ser eso, es la explicación estúpida con la que siguen comiendo a nuestro alrededor.
Se mencionan los temas acostumbrados, el clima, los equipos mutuos de futbol, las olimpiadas y cosas así, hasta que llegamos a la pregunta de siempre –te veo delgado, ¿estás comiendo bien?, espero que le estés bajando a tus borracheras- y ya que al menos a ella no me agrada mentirle, le doy un vistazo general, que la copa hace esto mucho más llevadero, que es cierto que no me emociona comer, pero en el fondo lo hago aunque ni siquiera tenga hambre, reconozco que sin alimento no puedo durar mucho bebiendo y que terminaría en el suelo en una rapidez tremenda o en una camilla, y definitivamente la experiencia de años atrás de ir al hospital con una congestión alcohólica es algo que no he olvidado.
Angie hace una gran pausa, -Sé muy bien porque haces esto- dice, sientes que nadie te quiere, que no le haces falta a nadie, pero a ti sí te hace falta para poder soñar, para animarte a vivir las cosas, y lo que yo te puedo decir es que deberías de experimentar las cosas aunque no tengas esa seguridad que buscas, debes de quitarte todas esas telarañas de tu cabeza, decirte que deben de quererte por cómo eres, así con esa barriga, con esa barba mal afeitada, seas chaparro, alto, como sea, así deben de quererte, enojón, depresivo, nervioso, como eres, no necesitas fingir que siempre eres muy amable, que a todo momento sonríes, ya que eso únicamente las máquinas lo hacen, tu eres tu, cuando yo empecé a pensar así, salí del bache en el que estaba, ahora mírame, ¿a poco no me veo feliz?, ya estoy saliendo con alguien más y siento que este es el bueno, debes de recuperar el control, eso te lleva a donde tu deseas.
Pensé unos momentos todo lo que acababa de decirme y contesté, -dices que debería de recuperar el control, pero sí nunca lo he tenido, en mi vida no hay momento donde pueda decir que salen las cosas según el plan, y es más, no estoy seguro de querer poseer control alguno sobre alguien-
Erich, ya estas neceando, contestó un tanto exasperada y antes de que me dijera algo, me adelante para rematar:
Con las personas a quienes quiero no acostumbro fingir o pretender ser lo que ella esperan de mí, he sido yo todo este tiempo, y aún así no hay resultado alguno, la autenticidad no necesariamente es el camino para que te quieran más, para que se enamoren de ti, todo esto de que soy valioso lo dices porque eres mi amiga y me ves como tal, pero que dirías sí un día te confesara que he estado enamorado de ti por años, que desearía estar contigo, entonces mis cualidades que has descrito en esta y muchas otras ocasiones no suenan tan grandes, tan suficientes para empezar una relación, se verían medianas, y cómo pasa siempre, saldría a relucir que a mi persona le falta algo para que se enamoren de su alma, de otra manera siempre llegaremos a esta parte incómoda, a este silencio de no saber que decir, a esta ansiedad de pedir otra copa más que disminuya el dolor interno.
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