No estoy totalmente seguro de la manera en que llegamos a esa casa, ni siquiera puedo decir que mi motivo era ir a una fiesta, con el saber de la existencia de alcohol fluyendo por aquellas paredes era suficiente, sin importar que se tratara de una boda, cumpleaños, una fiesta como tal o simplemente una borrachera, lo que fuera; es más, si existiera una misa donde el sacerdote dispusiera o compartiera con todos los feligreses el vino de consagrar al mayoreo, pueden estar seguros que me convertiría sin dudarlo.
En fin, la casa era enorme, lucía mas bien como una mansión de muchos pisos, casi como un edificio, encallado junto a una loma muy verde, llena de pasto, de vegetación extensa que hacía tener una ambientación parecida a la del trópico. Las personas de su interior no me decían mucho, ni literalmente o de ninguna otra manera, eran unos completos extraños para mí, salvo que la persona quien me diera el tip de que asomáramos nuestras cabezas fuera Ella. Contemplar la sencilla idea de aventurarnos y ver que pasaba ya era un buen incentivo, con el fluir indistinto del alcohol que se daba, si nos conocieran o no, era un punto que no les importaba en lo absoluto, observaba cautelosamente a los que nos rodeaban, parecían ser de un estrato mayor que el nuestro por la ropa, accesorios, corte y cuidado del cabello, así como el inconfundible acento que le añaden a las palabras y/o gesticulaciones.
De alguna manera se trataba como si nosotros no existiéramos para ellos y viceversa, era perfecto, un lugar donde no tienes que pretender que son tus amigos para que te dejen beber, para abrir el grifo, hasta podía pensar que estaba soñando, pero no era así, en mi cabeza nunca se hubiera concretado una situación así estando con Ella, este tipo de cosas no entran en mi suerte habitual, todo inmejorable, los vodkas corriendo, ella con un pantalón café ajustado, enmarcaba muy bien sus caderas, las lucía fuertes, rígidas, desataba ese deseo tribal, un poco cavernícola, de soltarle una palmada, de que me doliera la mano al estrellarla ante esas nalgas majestuosas, espléndidas, de diosa; además de ello su blusa color blanca hacía el perfecto juego, con su escote juguetón que mostraba un poco esos senos discretos, que cuando estiraba los brazos presa del frenesí alcohólico que nos dábamos, asomaban un poco más de la cuenta, notando el cambio de coloración en la piel, cómo en aquellas zonas que eran más para ella, que permanecen más en el anonimato, donde las piel es lo más blanco cercano a una gran perla, sus labios estaban en un rojo encendido, a pesar de no tener labial eso no importaba, su sensualidad es natural, algo que conforme pasaban los tragos hacía que la boca se convirtiera en un imán gigante.
Desechaba la idea de elaborar un plan, de ser un conquistador calculador, ya veríamos que pasa, si es que pasa algo para empezar; las horas continuaban diluyéndose, la gente desconocida no dejaba de aparecer, hasta que en uno de tantos, surgió como en el caso de una pesadilla, ya que ahora el sueño terminaba, no para despertar, sino para convertirse en algo malo, tan malo como la aparición del novio de Ella, yo no tenía el gusto de conocerlo, sabía de su existencia, eso no coartaba con mi libertad para desearla a Ella. De inmediato, al presentarnos el se dio cuenta de lo que los hombres sabemos, que no existen amigos en las vidas de las mujeres, sobre todo las buenas mujeres, las que tiene todos los atributos para serlo con mucho orgullo, y es que en nuestra definición, los pretendientes o ex pretendientes son los únicos que rondan en sus vidas, en este caso yo estaba siendo identificado como del primer tipo. En seguida el novio se enfureció, se lo echo en cara e Ella e inmediatamente me lo reclamo a mi también, me instó a que fuera lo bastante hombrecito para aceptarlo ahí enfrente de los dos, y de verdad que yo no tengo cual será la definición de “un hombre”, no sé que significa eso hoy en día, así que al menos por ese punto en particular no iba a responder, ante mi silencio, Ella comenzó a abrir más lo ojos, esos mismos que empezaban a verse somnolientos por la cantidad de vodka, despertaron para poner mirada de alerta, de interrogarme ella también acerca de la apreciación del novio; como he mencionado, no existía plan, no aseguraba que algún día le mencionaría algo al respecto, si sería paciente como la araña, aguardaría hasta que este tipo que esta enfrente de mí lo hubieran mandado a la chingada, sí confiaría en que un día diéramos fin a nuestra velada enfrascados en una lucha cuerpo a cuerpo, boca a boca, un verdadero agarrón.
El pánico escénico, por no llamarme cobarde tan a la primera, hizo aparición, sin decir nada intenté largarme de la casa, el novio, enojado, encolerizado ante verme como un imbécil con intenciones nada honorables, me siguió, apreté el paso, corrí entre las demás personas, me daba cuenta que todo estaba lleno de muchas habitaciones, pasillos, niveles, barandales, y en uno de ellos me asome para verme junto a una piscina, no estaba muy alto, solo se trataban de dos pisos, nunca he sido bueno para los puños, así que suponiendo lo más obvio, que en cuanto el novio me diera alcancé sería momento de usarlos, me arroje por el barandal, más de uno habrá pensado que ya estaba muy pasado de copas, después de caer al agua, salieron a flote risas burlonas, aplausos irónicos, una que otra sonrisa de aprobación, pero en general todos seguían en su onda, donde además en esta región de la casa las mujeres iban con muy poca ropa, luciendo sus hermosos cuerpos, junto con pretendientes con el torso desnudo, muy atléticos en comparación con mi barriga; en fin, sin voltear a ver la ubicación de mi perseguidor, seguí mi marcha, sin voltear atrás caminé por más lugares, otros pasillos mas desolados, habitaciones donde había grupos de personas haciendo cosas raras como orar y levantar los brazos, demasiado extraño, todo eso me llevo a un elevador, lo tome para salir al estacionamiento, el estar ahí ya me dejaba respirar cierto aire de alivio, pensaba que esta historia podía ser como la de muchas películas, donde en el último instante, cuando todo parece estar resuelto, demasiado fácil, ahí se descompone todo…
pero esto no es una película, al salir a la calle tome el primer taxi que encontré, mi ropa estaba completamente empapada, al parecer el conductor no lo notó, subí sin el menor comentario, una vez arriba me comenzó a atacar el frío, necesitaba algo seco, a las cuantas calles le pedí que me bajara, cerca se encontraba una estación de metro, caminaría hasta ahí para llamar por el teléfono público a mi hermano, pedirle que nos viéramos en una cantina del centro, a pesar de estar completamente mojado, la sed me invadía, necesitaba verlo a el y platicarle todo lo sucedido, más allá de preocuparme por el novio enfurecido, pensaba en Ella, era indiscutible que esto no pasaría desapercibido, algo tendrá que pasar después de mi show de hoy.
domingo, 27 de julio de 2008
lunes, 14 de julio de 2008
continuando
Era el mes de abril cuando fui por primera vez a la casa de La rana, entonces me pareció una buena puntada darme un toque, ¿porqué no? Esa fue la primera idea, no creo que pase nada, no estaba muy ebrio como para no saber lo que hacía.
A últimas semanas reconozco que mi comportamiento ha cambiado, he dejado de lado mi acostumbrada música depresiva para desempolvar todos esos discos o hasta casettes viejos, que enmarcaron una etapa de mucha libertad.
En muchos aspectos, la mercadotecnia o nuestras odiosas tías, nos atacan con la nostalgia de tiempos pasados, de cosas que no volverán, sin embargo este re-acercamiento a la música de The doors, Led Zeppelin, los primeros discos de Pink Floyd, Iron Butterfly, The Clash, The animals, y más cosas por el estilo, me generan la sensación de que la libertad que años antes había sentido no se ha ido a ningún lado, que es algo que siempre se había mantenido en mi interior, olvidada, dormida y ahora empieza a despertar.
Es interesante todo lo que conlleva, no es únicamente la idea de ponerse estúpido hasta perder el conocimiento, es todo el intercambio de ideas que se puede tener con los demás, al final es tanto, que es complicado guardarse o llevarse consigo todo lo dicho en la reunión, todos esos disparates, esas respuestas que parecen no tener sentido, frases compuestas al instante, nada esta premeditado, nadie tiene un discurso bajo el brazo que haya estado preparando toda la semana, en ocasiones puede ser una completa estupidez, pero qué no lo es, solo falta encender el televisor, viajar en metrobus, ver como tratan a las mujeres en el metro, escuchar a dos personas alburearse, caminar en el centro, abrir una cuenta en el banco, una cantina llamada la Libertad, contratar un seguro de vida, un Hotel que se llama los Alpes, preocuparse por la afore, o tirar el dinero teniendo un hijo, y por todo ello, darme cuenta de que no hay una sola razón para que no continué la raniza.
A últimas semanas reconozco que mi comportamiento ha cambiado, he dejado de lado mi acostumbrada música depresiva para desempolvar todos esos discos o hasta casettes viejos, que enmarcaron una etapa de mucha libertad.
En muchos aspectos, la mercadotecnia o nuestras odiosas tías, nos atacan con la nostalgia de tiempos pasados, de cosas que no volverán, sin embargo este re-acercamiento a la música de The doors, Led Zeppelin, los primeros discos de Pink Floyd, Iron Butterfly, The Clash, The animals, y más cosas por el estilo, me generan la sensación de que la libertad que años antes había sentido no se ha ido a ningún lado, que es algo que siempre se había mantenido en mi interior, olvidada, dormida y ahora empieza a despertar.
Es interesante todo lo que conlleva, no es únicamente la idea de ponerse estúpido hasta perder el conocimiento, es todo el intercambio de ideas que se puede tener con los demás, al final es tanto, que es complicado guardarse o llevarse consigo todo lo dicho en la reunión, todos esos disparates, esas respuestas que parecen no tener sentido, frases compuestas al instante, nada esta premeditado, nadie tiene un discurso bajo el brazo que haya estado preparando toda la semana, en ocasiones puede ser una completa estupidez, pero qué no lo es, solo falta encender el televisor, viajar en metrobus, ver como tratan a las mujeres en el metro, escuchar a dos personas alburearse, caminar en el centro, abrir una cuenta en el banco, una cantina llamada la Libertad, contratar un seguro de vida, un Hotel que se llama los Alpes, preocuparse por la afore, o tirar el dinero teniendo un hijo, y por todo ello, darme cuenta de que no hay una sola razón para que no continué la raniza.
no lo suficiente
Hay cosas que me molestan, que me pregunten lo mismo.
-Erich, ¿estás comiendo bien?
Yo respondo, -no, pero creo que es lo suficiente
-¿Y sigues tomando?
- si, pero creo que no lo suficiente
Ese tipo de cuestionamientos no van a ningún lado, me parece que podrían ser más creativos o ir al punto, lo que verdaderamente importa:
-Erich, ¿amas lo suficiente?
A lo que respondería:
Si, pero no soy el único, he llegado tarde.
-Erich, ¿estás comiendo bien?
Yo respondo, -no, pero creo que es lo suficiente
-¿Y sigues tomando?
- si, pero creo que no lo suficiente
Ese tipo de cuestionamientos no van a ningún lado, me parece que podrían ser más creativos o ir al punto, lo que verdaderamente importa:
-Erich, ¿amas lo suficiente?
A lo que respondería:
Si, pero no soy el único, he llegado tarde.
martes, 8 de julio de 2008
dos pasos
Uno piensa que cuatro años no son nada, que la ciudad no cambia mucho, que uno se acordará llegado el momento, pero en este caso no fue así.
Muchas memorias llegaron a mi mente en esta ocasión, recordar una vieja versión de mi persona, el ir a la Prepa 5 para ver a Ariene, aquellos regresos en su auto, conocer a su hermano que decían que estaba un poco loco, pero a mi me parecía un buen tipo; la fiesta en aquellas calles donde todas tienen nombres de equipos de futbol, la historia del látigo en la misma noche que nació Alex, claro, ahora únicamente lo acorto, en ese tiempo quién sabía de la existencia de un shortstop de Seattle llamado Alex Rodríguez, cuándo iba a imaginar que pasaría a los odiados Yankees.
Confiaba como entonces que se podía llegar a cualquier lado caminado y preguntando, y lo hubiera logrado de igual manera, pero hubiera tardado muchísimo para llegar a la escuela, en fin, cuando uno se pierde también recobras memorias guardadas en el viejo baúl, el pasar por La Selva, me recordó a la noche de la despedida de soltero de alguien que no recuerdo el nombre, dormir en el piso esa noche, no volver a casa, llegar a la escuela mientras en el camino estuve por hablar con los mounstros, y finalmente terminar esa tarde en el café fingiendo que no tenía resaca alguna, pero cuanto deseaba haber pedido ese jugo de naranja con un poco de vodka, vaya, ahora que lo pienso ahí comenzaron los problemas con ella y mi yo tomando demasiado, la vez de la exposición a la 1:00 de la tarde y para entonces ya estaba algo ebrío, ya no digamos después, a final de cuentas tuve el reconocimiento que esperaba, mi primera exposición, pensaba que sería el inicio de algo grande.
En fin, cuantas cosas se encerraron hoy, el regreso a casa con un buen sabor de boca, viendo que después de todo existen personas extrañas que no dejan de ser sencillas, todo claro, así no hay porque lanzar puteadas al mundo, hoy me regreso dos pasos de mi desconfianza con la humanidad.
Muchas memorias llegaron a mi mente en esta ocasión, recordar una vieja versión de mi persona, el ir a la Prepa 5 para ver a Ariene, aquellos regresos en su auto, conocer a su hermano que decían que estaba un poco loco, pero a mi me parecía un buen tipo; la fiesta en aquellas calles donde todas tienen nombres de equipos de futbol, la historia del látigo en la misma noche que nació Alex, claro, ahora únicamente lo acorto, en ese tiempo quién sabía de la existencia de un shortstop de Seattle llamado Alex Rodríguez, cuándo iba a imaginar que pasaría a los odiados Yankees.
Confiaba como entonces que se podía llegar a cualquier lado caminado y preguntando, y lo hubiera logrado de igual manera, pero hubiera tardado muchísimo para llegar a la escuela, en fin, cuando uno se pierde también recobras memorias guardadas en el viejo baúl, el pasar por La Selva, me recordó a la noche de la despedida de soltero de alguien que no recuerdo el nombre, dormir en el piso esa noche, no volver a casa, llegar a la escuela mientras en el camino estuve por hablar con los mounstros, y finalmente terminar esa tarde en el café fingiendo que no tenía resaca alguna, pero cuanto deseaba haber pedido ese jugo de naranja con un poco de vodka, vaya, ahora que lo pienso ahí comenzaron los problemas con ella y mi yo tomando demasiado, la vez de la exposición a la 1:00 de la tarde y para entonces ya estaba algo ebrío, ya no digamos después, a final de cuentas tuve el reconocimiento que esperaba, mi primera exposición, pensaba que sería el inicio de algo grande.
En fin, cuantas cosas se encerraron hoy, el regreso a casa con un buen sabor de boca, viendo que después de todo existen personas extrañas que no dejan de ser sencillas, todo claro, así no hay porque lanzar puteadas al mundo, hoy me regreso dos pasos de mi desconfianza con la humanidad.
Jean Arthur Rimbaud
Hoy he encontrado un libro que me llevo al nombre de Rimbaud, y como de una cosa se va a otra, dejo aquí este poema suyo.
Una temporada en el infierno
En otro tiempo, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que se abrían todos los corazones y en el que se derramaban todos los vinos.
Una noche senté a la belleza sobre mis rodillas —Y la encontré amarga—. Y la injurié.
Me he armado contra la justicia.
Me fugué. ¡Oh brujas, oh miseria, oh odio! Fue a vosotros que confié mi tesoro.
Conseguí hacer desaparecer de mi espíritu toda esperanza humana. Sobre cualquier alegría, para estrangularla, di el salto sordo de la bestia fiera.
Llamé a los verdugos para que, al parecer, pudiese morder la culata de los fusiles. He invocado los desastres para ahogarme con la arena y la sangre.
La desgracia ha sido mi dios. Me he tendido en el cieno. Me he secado con el aire del crimen. Le he gastado buenas bromas a la locura.
Y la primavera me trajo la risa horripilante del idiota.
Luego, últimamente, cuando me he visto a punto de lanzar mi postrer bufido, se me ocurrió buscar la llave del festín antiguo para ver si, ella, recobraba el apetito.
La caridad es esta llave. —Esta inspiración demuestra que lo he soñado.
«Seguirás siendo hiena, etc...» insiste el demonio que me coronó con tan amables adormideras. «Llega a la muerte con todos tus apetitos, con tu egoísmo y con todos tus pecados capitales.»
¡Ah! ya aguanté lo mío:
—Pero, querido Satán, os conjuro; ¡miradme con ojos menos irritados! Y aguardando las pequeñas cobardías en demora, para vos que apreciáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, voy a destacar algunas odiosas hojas de mi carné de condenado.
Una temporada en el infierno
En otro tiempo, si mal no recuerdo, mi vida era un festín en el que se abrían todos los corazones y en el que se derramaban todos los vinos.
Una noche senté a la belleza sobre mis rodillas —Y la encontré amarga—. Y la injurié.
Me he armado contra la justicia.
Me fugué. ¡Oh brujas, oh miseria, oh odio! Fue a vosotros que confié mi tesoro.
Conseguí hacer desaparecer de mi espíritu toda esperanza humana. Sobre cualquier alegría, para estrangularla, di el salto sordo de la bestia fiera.
Llamé a los verdugos para que, al parecer, pudiese morder la culata de los fusiles. He invocado los desastres para ahogarme con la arena y la sangre.
La desgracia ha sido mi dios. Me he tendido en el cieno. Me he secado con el aire del crimen. Le he gastado buenas bromas a la locura.
Y la primavera me trajo la risa horripilante del idiota.
Luego, últimamente, cuando me he visto a punto de lanzar mi postrer bufido, se me ocurrió buscar la llave del festín antiguo para ver si, ella, recobraba el apetito.
La caridad es esta llave. —Esta inspiración demuestra que lo he soñado.
«Seguirás siendo hiena, etc...» insiste el demonio que me coronó con tan amables adormideras. «Llega a la muerte con todos tus apetitos, con tu egoísmo y con todos tus pecados capitales.»
¡Ah! ya aguanté lo mío:
—Pero, querido Satán, os conjuro; ¡miradme con ojos menos irritados! Y aguardando las pequeñas cobardías en demora, para vos que apreciáis en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, voy a destacar algunas odiosas hojas de mi carné de condenado.
martes, 1 de julio de 2008
Coronel Kurtz
I've seen horrors... horrors that you've seen. But you have no right to call me a murderer. You have a right to kill me. You have a right to do that... but you have no right to judge me. It's impossible for words to describe what is necessary to those who do not know what horror means. Horror. Horror has a face... and you must make a friend of horror. Horror and moral terror are your friends. If they are not then they are enemies to be feared. They are truly enemies. I remember when I was with Special Forces. Seems a thousand centuries ago. We went into a camp to inoculate the children. We left the camp after we had inoculated the children for Polio, and this old man came running after us and he was crying. He couldn't see. We went back there and they had come and hacked off every inoculated arm. There they were in a pile. A pile of little arms. And I remember... I... I... I cried. I wept like some grandmother. I wanted to tear my teeth out. I didn't know what I wanted to do. And I want to remember it. I never want to forget it. I never want to forget. And then I realized... like I was shot... like I was shot with a diamond... a diamond bullet right through my forehead. And I thought: My God... the genius of that. The genius. The will to do that. Perfect, genuine, complete, crystalline, pure. And then I realized they were stronger than we. Because they could stand that these were not monsters. These were men... trained cadres. These men who fought with their hearts, who had families, who had children, who were filled with love... but they had the strength... the strength... to do that. If I had ten divisions of those men our troubles here would be over very quickly. You have to have men who are moral... and at the same time who are able to utilize their primordial instincts to kill without feeling... without passion... without judgment... without judgment. Because it's judgment that defeats us.
Líneas del Coronel Kurtz en Apocalypsis Now
Líneas del Coronel Kurtz en Apocalypsis Now
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