martes, 21 de octubre de 2008

back on track

Por ahora intento controlarme, a no caer tan rápido en los gritos, aunque la verdad no necesito una enorme sacudida para que eso suceda, únicamente hay que ponerme un dedo encima, rozarme siquiera para que todo lo que he guardado durante estas dos semanas salga como del volcán, erupcione y destruya todos los alrededores, o bien, utilice el sarcasmo como mi mejor aliado, intente reírme un poco de las situaciones, pero porque no queda de otra, no porque sean graciosas, sino a veces es la última defensa antes de caer en la completa locura.Aunque al ver la pasividad general eso hace dudar de las perspectivas, por eso es bueno hablar con alguien más de todo esto, no se necesitan ejercitos, con tener una complicidad ayuda a volver al camino.

Like a popcorns

Uno pensaría que se puede acostumbrar a esto, pero no es así, primero viene la sensación de que algo no anda bien, la cabeza que no miente, la nausea interna, lo inevitable se acerca sin mucho pesimismo, se acepta como tributo, como pago a la faena realizada, simplemente será una ocasión más en la larga lista que alguna vez me importo en contar el número de episodios, ahora la memoria ya no alcanza.

A pesar de ser algo conocido, lo de menos es el momento de hincarse, eso ya es muy normal, hasta casi automático, el cuerpo de inmediato le avisa a los demás sentidos que es momento de evacuar, lo primero sale sin problema aparente, hasta parece fácil… hasta que llegan los siguientes episodios, cuando el estómago intenta evacuar y no existe el entendimiento adecuado, pareciera que algo en la garganta esta por explotar, falta poco para decir que se trata de una convulsión, la cerveza, la poca comida sale disparada hacia la taza, hacia la pared, mi camisa, mi cara se encuentra invadida por todo esto; el tope, el nivel máximo a esto llega entre episodio y episodio, es cuando se denota toda la energía invertida, mal gastada, esa idea de morir pasa por mi mente, como es obvio nunca he transitado por ahí, pero imagino que puede ser algo como esto, deseo desfallecer, que termine rápido.

Cada vez que me siento como esta noche pienso que definitivamente no será la última vez que sucede, sí acaso descansare un poco, pero la misma fuerza diaria me empujara a esto nuevamente, aunque no sé si decir “nuevamente” o “acostumbradamente” a vomitar y vomitar como tantas ocasiones, desearía hacer algo para poder seguir bebiendo, para no caer tan rápido; aquí es donde pienso en buscar el día de mañana a Oyuki, tenemos que ir a comprar mas hierba, esa puede ser una idea “naturista”, ja ja, puedo reírme un poco de eso mientras la cabeza esta por explotar, mientras pienso que debería de quedarme a dormir en el excusado, a final de cuentas es mi departamento, nadie puede reclamar como la ocasión en que dormí en el baño del porteño, esa vez si hubo toquidos en la puerta, me sacaron arrastrando de los pies, aquí no habría nada de eso, salvo algo de frío por el piso, estoy algo débil para pensar en ir a buscar algo, pero ¿qué? Una toalla, una jerga, ¿en qué me duermo?

En fin, pienso que de verdad debo buscar a Oyuki, esto esta muy mal, debe de mejorar, hay quienes se preguntan porque no ha crecido más mi barriga después de tanta tomadera, pues imagino que se deberá a esto, lo poco que como sale disparado horas después; con la hierba en cambio, la cosa es al revés, hay que comer porque el hambre es invasiva, atroz, no se puede pensar en otra cosa mientras tengas hambre, y la verdad es que se come muy bien, se disfruta lo que sea después de un buen churro, como la vez en que no teníamos dinero, Gastón entro a la tienda para distraer al empleado, mientras Oyuki y yo metíamos a puños comida para perro del costal que tenía sobre la calle, Gastón hacía como que buscaba una dirección, se hacía el loco, no entendía lo que decía para darnos mas tiempo, para llenar la bolsa y comer aquello como si se tratara de una suculenta comida, o ya de menos como una bolsa de palomitas del cinema. Ahora cuando lo platicamos, nos da un poco de asco recordarlo, imaginar que le entramos a croquetas para perro, habrá que reírse un poco de ello… pero el caso es que tengo que volver a comer antes de que pase algo, sigo teniendo un trauma en mi cabeza con lo relacionado a ir a un hospital de nueva cuenta, cada vez que estoy en esto lo vuelvo a pensar, creo en ir a ver al doctor una vez que mejore, pero que le diré cuando me pregunte:
-“¿Cuál es su problema?”
- “Que ya no puedo beber como antes, no aguanto igual”

No sé si va a reírse o a mentarme la madre, es mejor no moverle por ahí

martes, 7 de octubre de 2008

supongamos, pues

Hay momentos donde se cree en que hay algo de destino en todo esto, bien puede ser que uno sea escéptico al respecto, hasta que empiezan a aparecer las coincidencias.

Después de que el año pasado se planeara tanto ese viaje a Lisboa, ese plan que a oídos de los demás parecería una volada, uno de tantos planes que hacen las personas para jamás cumplir, y no porque se mientan, sino porque se vive en un mundo de mucho movimiento donde cuesta trabajo mirar hacia atrás y saldar lo prometido, donde la corriente jala muy fuerte, lo notemos o no somos arrastrados, entonces cuando no tienes un objetivo, un punto de inicio a la vista, ¿para donde ir?, ¿hacia donde nadar?

Nos sentamos juntos, o hablamos durante horas por teléfono, para contarnos lo que alguna vez encontramos en revistas, en programas de televisión acerca de los lugares turísticos a visitar, nombres como el “Barrio Alto”, que antes ni significaban más de lo que dicen, ahora la idea estaba en pasar por ahí para beber unas cervezas, investigar cómo es el clima por allá, cuando se levantan y abren las ventanas por la mañana, ¿cómo es?, la gente siempre recomienda no dejar de visitar las catedrales, en este caso la Santa Maria Maior es la más antigua de Lisboa, eso también podría ser un dato como el de las enciclopedias, pero ahora no, es un punto, letras, nombres que tendrán una parada registrada en nuestra memoria, imágenes más que palabras, recuerdos, experiencias que sean más que esto, más que el diario, más que el común.

Y vaya que no era empresa fácil, no era únicamente decirte que nos fuéramos, que la plata era lo único que necesitábamos, además de un diccionario portugues-español, hasta ese momento supe de tu fobia por volar, no me hubiera preocupado sí tan solo fueran unas cuantas horas ahí arriba enlatados, hubiera pensado en algo como doparte, ja ja, para que al despegar, tu también en simultaneo comenzaras a desplegar tus alas en otra dimensión, en otro paralelo; sin embargo 12 horas son muchas para un viaje dopante, o al menos de la manera legal, por lo que todo ello representaba un reto a resolver ya que el viajar por barco es algo completamente impensable, después de todo reíamos por ello, bromear y analizar cosas que no tenían la menor relación era también la orden del día, pensar en todas esas historias que pasan en las películas o en las revistillas baratas, donde una pareja entra al baño del avión a tener sexo, y yo le platicaba que esos cuartuchos son de lo mas incómodos, todo encerrado, apretado, hasta cuesta trabajo respirar (puede que sea un poco claustrofóbico) en todo ello tan limitado, cómo hacer ese maniobrar y que al mismo tiempo fuera placentero ¿¿¿¿¿cómo?????, puede ser que sea un hombre de poca imaginación, puede ser…

En fin, los días pasaban, observaba el calendario y todo parecía tener un significado de para qué levantarse el día siguiente, cada día había algo nuevo en mente, nos acercaba más a la fecha tentativa para partir, pensaba en los posibles trámites, en los tickets, en ir a la boletería, pensar en la estancia y más detalles por el estilo, todo ello hasta el momento en que partiste.

No puedo decir que me quede con los pases de abordar en la mano, de eso puedo sentirme afortunado, todo exploto, todo se sumió en el sopor característico antes de ultimar los detalles finales, entonces ahora ya no había que esperar otra cosa en el calendario, con el pasar de los días, nada excepto esperar a que bailen los ratones, a que la gorda cante, a tener mas botellas vacías… para después volverlas a llenar, claro esta.

Cuando todo eso pasaba, cuando había momentos donde pensaba en ese plan, en ese viaje que parecía tan real, que hasta miedo daba de ver que nada fue real, de pensar que se podría tratar de una mente esquizofrénica planeando cada detalle, apareces cantando algo de Madredeus…

Oxala, me passe a dor de cabeca, oxalaOxala, o passo nao me esmoreca;Oxala, o Carnaval aconteca, oxala

Tarareando, cantando, silbando sin conocer lo que acabo de escribirte, todo ello una coincidencia, ahora me platicas la idea de viajar, de ir Portugal, hasta parece que alguien me esta jugando una broma, que alguien te ha contado lo de meses atrás, pero no hay manera de que sea así, es como retomar mucho de lo antes planeado, sacar del cesto de basura el calendario, las ideas, a hacer cuentas de nuevo, sumar, multiplicar, pensar en euros, de vuelta a acá, imaginar días distintos, cómo los de Calamaro pueden ser, o cómo los nuestros, todo regresa pero esta vez con un poco más de reserva, de saber que no es completamente seguro nada de lo mencionado, falta casi un mes y para entonces todo puede ser diferente, para lo bueno, para lo malo, esta vez hasta que vayamos juntos a comprar los tickets pensare que se pisan terrenos más firmes, por ahora todo es un anhelo, un bonito supongamos.

“Supongamos que tu y yo nos vamos de viaje…”