miércoles, 30 de abril de 2008

ensayo

Hoy solamente fue un ensayo, y definitivamente no estoy listo, un dolor en el estómago comenzó a invadirme, los nervios, el temblor en mi mano derecha y el desequilibrio en general son cosas serias, no me las puedo tomar a la ligera.
Mientras más tiempo pasa poco a poco me convenzo de que todo lo que pasó lo imagine o que le sucedió a alguien más, no a mi, eso no pudo ser, eso no va con mi suerte habitual, hay que cerrar filas y mantener el paso; ese es el verdadero trago amargo, este, mi vodka, es bastante dulce.

lunes, 28 de abril de 2008

sin tregua

La idea siempre es estar en movimiento, hay quienes se dicen ser unos genios, o es más “genios creativos”, que bueno que lo aclaran, porque generalmente estamos rodeados de personas que sus genialidades son en realidad estupideces que solo ellos entienden, o bien podemos recordar esa gran idea que dice que lo mas peligroso es un pendejo con iniciativa, pues así mismo ocurre.

Esos tipos que se vanaglorian de ser los tocados por los Dioses para aquello de las ideas me dan tanta emoción como a una mujer le pueden fascinar los días en que menstrua.
Tengo la idea como tal vez muchos otros de que las “buenas ideas” se generan a través de las experiencias adquiridas y en eso si hay que involucrarse para que la cosas sucedan, para estar en movimiento como en un principio de este escrito lo manifesté, así que me di a la tarea de deambular con unos amigos a quienes frecuentaba hace tiempo y una de las cosas que me agradan es que nunca hay un plan elaborado sobre las actividades del día, todo va cayendo como plastas, como lozas, una sobre otra, como una ola que te llevara a algún lugar, ¿a donde?, no lo sé, eso es lo mejor, porque aquí tienes la seguridad de que no te ahogaras ( a menos que sea de alcohol).

Nos dirigíamos a casa de alguien que no conocía, la visita era con la idea de observar unas pinturas y darle una opinión antes de que se presentaran en una galería, para ello faltaban dos semanas, tiempo suficiente para hacer los arreglos convenientes o caer en una ansiedad agónica por llegar a la inconformidad total de la obra.
A esta persona se le referían con el apodo de “la rana”, así lo llamaban todos y pregunte si alguien sabía su nombre cristiano y a esto respondieron que no tenían ni idea, algo así imaginaba, después de hora y media de camino llegamos a una casa junto a una cortina que decía -papelería- y tocaron a la puerta, salio “la rana”, torció un poco la boca, ese gesto era bastante impreciso para saber si era de gusto o interveníamos en mal momento, como sea, entramos al patio, había otra habitaciones, entramos a una de ellas, y en realidad lo que era su “estudio”, no era otra cosa que la accesoria que habíamos visto desde fuera, solo era el cuarto con la cortina de hierro y un pequeño apartado que se trataba del baño tapado con una tela vieja, que casi casi veías todo lo que pasaba del otro lado, como si solo fuera un camisón viejo colgando sobre un mecate.

Nos acomodamos en el suelo o donde se podía, todo estaba revuelto, había quienes no querían recargarse en nada al pensar que se pintarían de algún óleo o pigmento tirado, antes de ver las pinturas la idea fue sacar los envases de cervezas, algunos fuimos por ellas, otros se quedaron, para cuando volvimos ya también estaban sacando los cigarritos de guerra, y vaya, pensé en aquello que leí de –papelería-, en algún tiempo eso había funcionado así, niños con sus mamás iban a buscar la monografía, el mapa con o sin división política, con o sin nombres, y ahora estaba infestado por la rana y otros tipos croando o bien pudiera ser solo eructando la cerveza.

Se comenzó a platicar sobre como iban las pinturas, del número y formato que debían tener para que llegaran a la galería, de la camioneta que pasaría por ahí, se bromeaba de muchas otras cosas, de pronto alguien sacaba el tema de la reforma al petróleo, de ahí se cambiaba bruscamente a la pésima temporada que ha tenido el América, hasta se proponía en generar una obra de ello, que tuviera que ver con las personas que son fans a morir, con aquellos que el futbol es su opio, pero si resultara que ver jugar y perder a sus Águilas los malviajara, entonces que, pensar en pintarlos en situaciones de las cantinas llenas, pidiendo al mariachi que les cantara todos esos temas que raspan, pero no por un amor perdido, sino porque el sentido se ha extraviado, o irnos mas lejos, pensar en un hispano que viva en el Gringo y que vaya al extremo de alistarse en la guerra, de pensar que todo esta perdido y que por ello puede darse ese arrebato de entregar la carne para el cañón ; así siguieron llegando conversaciones diversas, se dieron varias vueltas a rellenar las cervezas y salio otro cigarrito más, para quienes pasaban al baño daba lo mismo que se taparan con el camisón o no, así que los hombres pasábamos junto con nuestra desfachatez de no cerrar “la puerta” y las mujeres al principio no deseaban usarlo por pensar que las veríamos totalmente, como si nos tratáramos de un grupo de enfermos que se nos pusiera dura la pistola de ver mear a una mujer, pues no, no era nada de eso.

Sin saber muy bien como, me vi platicando con una de esas mujeres, tampoco sabía como se comenzó el tema, pero me daba sus impresiones acerca de ese tan famoso cabezazo en la final de futbol del Mundial de Alemania, que ella le iba a Italia, pero que Zizou se le hacía muy bueno, que si no se podía pensar que este último fuera italiano, que hubiera sido mejor, seguía hablando y hablando, hasta que me dijo que ya se quería ir, que tenía su auto estacionado afuera de la casa, sin embargo no manejar sola por la noche, esa no era una de sus ideas predilectas, seguro que se trataba de algo así como lo que escribí sobre menstruar, solo lo pensé, no dije nada pero la seguí.

Los demás se quedarían a pasar la noche ahí, era lo mas probable, yo subía al carro tratando de recordar cual era el nombre de ella, cuando llegamos y fuimos presentados escuche algo así como un nombre japonés, y en ese momento, después de varias cervezas el único nombre que llegaba a mi mente era el de Oyuki, no mames, no sabía si era eso o era porque pensaba en La Venganza de Oyuki, todo era estúpido, como estarme clavando en esas ideas. En su trayecto podía acercarme a mi camino, así que en lo que llegábamos saco un porro que aún le quedaba, lo había escondido, hurtado o tomado prestado, de alguna forma se podía interpretar, lo pensaba fumar a solas en la azotea de su casa, pero en este caso cambio de opinión y creyó que era mejor idea que la acompañara y entre los dos lo termináramos.
Quedaba sobreentendido que si nos acabamos de conocer y me estaba llevando a su casa podían pasar mas cosas, me alegre por no haber bebido tan rápido en casa de la rana, porque de otra manera hubiera estado completamente estúpido para responder en una tarea así.
Sus padres no estaban, siempre se iban de fin de semana a Cuernavaquear, así que no había ningún problema de que fueran a ser las 2:00 am, efectivamente, entramos y aplico el tan trillado “ponté cómodo, ahora vengo”, pensé que eso solo pasaba en las películas, pero no, ahí también, imaginado el guión de película trillada, ahora saldría de su habitación con prendas de encaje, o algo que me hiciera rabiar, porque la verdad es que ya me impacientaba demasiado, cuando por fin se escucho que bajaba las escaleras, diciéndome que me iba a presentar a alguien, justo ahí sabía que vendría una sorpresa desagradable, algo que no me había dicho, alguien más estaba en su casa, un hermano pequeño o hasta resultara que ya era Mamá, y que en alguna otra habitación de la casa durmiera la niñera, porque por lo que se apreciaba de la casa, los decorados y las visitas a Cuernavaca, ellos vivían bien y podían pagar todo aquello; pues bien, resulto que traía entre los brazos a su mascota, a un perro que no se que pinche raza es, pero era pequeño y no era chihuahueño, el caso es que me vio y se puso a ladrarme, como si reclamara mi presencia, o como si me dijera que no me pasara de cabrón, el caso es que Oyuki tampoco había bajado con lencería y encaje, no, se trataba de una pijama de Hello Kitty, vaya que si se tenía que darle mate al cigarrillo robado o de menos una cerveza más, ahora estaba seguro que podría cumplir como se debe sin que el alcohol fuera un problema.
Soltó al perro al terminar de bajar las escaleras y se puso a correr y ladrar en círculos a través de toda la sala, mientras me tomaba de la mano para llevarme a su recámara, así, sin el cigarro o cerveza que yo ya saboreaba, me llevo corriendo, de un portazo cerro la habitación, riéndonos de que le ganáramos al canino a subir, porque inmediatamente comenzó a ladrar y a golpear con la pata, a mi todavía me daba risa pensar que al perro le cerramos la puerta en sus narices cuando unos labios se me aventaron hacia mí, nos comenzamos a besar como desesperados, a deshacernos de la ropa que traíamos puesta, a recorrer ese cuerpo, a morderle una oreja mientras mis manos le apretaban las nalgas, mientras el perro seguía sollozando afuera de la puerta, un espectáculo lastimoso, como un antiguo amante que sabe que la mujer con quien esta no solo es para el, sino hay otros con quienes debe compartir la cama, ladraba, sabiendo lo que pasaba ahí dentro, eso me motivaba a que esa noche no habría tregua para Oyuki, me volvería un caníbal, la devoraría y no dejaría ni los huesitos.

lunes, 7 de abril de 2008

Dos problemas

-Tienes problemas con el alcohol?
No, solo con las mujeres

-Tienes problemas con las mujeres?
No, solo con el alcohol